El drama del ser hispánico

A través de estos ensayos históricos, el ilustre hispanista francés intenta dilucidar las características dramáticas y contradictorias del ser hispánico.El estudio sobre la novela La Regenta, de Clarín, analiza con visión certera las estructuras sociales que constituyen el trasfondo real de esa prodigiosa obra. Tales son: la aristocracia tradicional con su ideología conservadora; la clase media inmersa en un ambiguo liberalismo; el pueblo en el que amanece una conciencia social revolucionaria, larvada e inconsciente.

Sobre Miguel de Unamuno y la Segunda República explica con claridad la evolución contradictoria del pensamiento político de Unamuno, debido al desprecio profundo por la política, la sociología, la economía y la democracia que emanaba de su concepto de la intrahistoria, casticismo esencial que busca las raíces permanentes del ser histórico español por encima de sus mutaciones que Unamuno consideraba superficiales. Como dijo agudamente Ehrenburg, este amante de la vieja España se alejó, un tanto espantado, de la ventana para ponerse a soñar con la España eterna que simbolizó en el paisaje metafísico de Castilla, duro, pétreo e imperecedero.

El estudio sobre la revista Cruz y Raya nos ofrece serios reparos. Si al principio analiza con acierto la situación histórica que dio origen a la creación de la revista, el autor se ensaña en descubrir anomalías lógicas, contradicciones inverosímiles en los diversos y ricos ensayos de los escritores de Cruz y Raya. Y parece centrarse en el pensamiento de Bergamín por ser hombre de letras (lo que para Bécarud es un pecado original), la desafortunada evolución del pensamiento de la revista Cruz y Raya. Por el contrario, lo que caracterizó el pensamiento de Bergamín por esos años fue su tremenda lucidez profética. A través de todos sus ensayos se percibía el presentimiento de la amenaza fascista que se cernía sobre Europa y España. Más lúcido y consciente que otros pensadores españoles, Bergamín intuyó que la República, atenazada y anarquizada, era impotente para luchar contra la amenaza fascista. «Hombre de negación más que de afirmación», dice el autor de Bergamín. Efectivamente Bergamín siempre ha sido un luchador y un pensador básica y visceralmente antifascista, un negador de la dictadura totalitaria.

En el último ensayo sobre el Opus Dei, Jean Bécarud analiza, apoyándose en una documentación abundante, el ascenso y conquista del poder político en la sociedad española por esta secta integrista. Pero en su análisis, el autor tiene una tolerante comprensión de los fines del Opus Dei que llega a ser completamente injustificada. A este respecto, recordemos que uno de los apologistas del Opus Dei en Francia, el periodista Jean Crearch, escribió en Le Monde que gracias al Opus Dei y al general Franco los españoles habían recobrado su dignidad de hombres.