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Protestas ante el proyecto ministerial de integración de cuerpos docentes

Un proyecto de decreto por el que se regula la integración en los cuerpos de catedráticos y agregados de escuelas universitarias y en los de bachillerato ha tenido, la virtud de levantar las más variadas y doloridas protestas de la casi totalidad de los cuerpos afectados por el mismo.

De una parte, los catedráticos de institutos técnicos de enseñanza media indican que el proyecto supone una arbitraria e injusta aplicación de la ley General de Educación, ya que representaría -de llevarse a cabo- la consagración de dos situaciones de abierta injusticia.Se refieren, en primer lugar, a que, según el decreto que se proyecta, los catedráticos de institutos nacionales de enseñanza media podrán optar de manera ilimitada a la incorporación en escuelas universitarias, mientras que los procedentes de los institutos técnicos, también de enseñanza media, sólo podrán hacerlo por una vez.

La segunda arbitrariedad -siempre según los profesores de los institutos técnicos- se refiere a la discriminación que se hace dentro de su propio cuerpo profesional, pues sólo se integran en el nuevo cuerpo de catedráticos de bachillerato a los de determinados ciclos, no obstante concurrir en todos ellos la plenitud de requisitos legales.

De otro lado, los catedráticos de arquitectura e ingeniería técnica protestan también de trato injusto y argumentan que, en base a lo que establece la ley General de Educación, la integración en los nuevos cuerpos creados por aquélla ha de producirse en bloque.

Todos los funcionarios de cada cuerpo docente -según los profesores de escuelas técnicas- se encuentran en idéntica situación y, por tanto, en igualdad de derecho.

Señalan, por otra parte, que desde la promulgación de la ley General de Educación el Ministerio ha redactado un buen número de proyectos de decreto de integración, pero que debido a las presiones de otros cuerpos ajenos a las enseñanzas de las escuelas universitarias no ha dado trámite formal a ninguno de ellos. Entienden, asimismo, que el proyecto de decreto que ahora se contempla puede implicar, a la larga, un grave problema de desprofesionalización, ya que, en razón de una estricta exigencia de titulaciones y de cuerpos estancados, se está vulnerando la esencia de unas enseñanzas que desembocan en una profesión importante para la sociedad, pues la exigencia de forma no especializada del título de doctor puede hacer que los cuadros de profesores carezcan de la necesaria profesionalización. No entienden que la no posesión del grado de doctor justifique un veto a la integración de unos funcionarios como los actuales catedráticos de escuelas técnicas de grado medio, cuya función docente ejercida durante vanos años en escuelas universitarias revalida la competencia que ya fue puesta de manifiesto en rigurosas oposiciones.

Por su parte, los catedráticos de las antiguas escuelas normales, convertidas por la ley General de Educación en escuelas universitarias de formación del profesorado de EGB, abundan, en su particular queja, en los mismos argumentos de los profesores de las escuelas de ingeniería. «Nos asombra -dicen- que el proyecto de decreto de integración posibilite el que quienes hasta ahora han estado educando a bachilleres vengan a convertirse, por el hecho de poseer el grado de doctor, en educadores de los futuros profesores de EGB.» A los profesores de las antiguas normales, y precisamente por su peculiar función, se les exigía, además del título de licenciado, poseer la condición de maestros o ser especialistas en Pedagogía.

Unos y otros -los catedráticos de escuelas de ingeniería y los de las de magisterio- coinciden finalmente en señalar que «se está, tal vez, intentando decretar en función de la fuerza de un cuerpo como grupo de presión y no en función de la contundencia de los razonamientos y de la ley».

De otro lado, profesores agregados de treinta institutos de Madrid, reunidos en asamblea el pasado sábado, acordaron hacer público un comunicado en el que acusan al Ministerio de Educación y Ciencia de inoperancia.

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