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Oposición en Guadix al plan "clandestino" de delimitación urbana

La aprobación provisional de un «proyecto de delimitación de suelo urbano de Guadix y su estación», realizada a puerta cerrada por un pleno del Ayuntamiento accitano, ha levantado una gran polémica contra lo que ha sido calificado como «penúltima cacicada local del franquismo antes de las elecciones municipales», en esta ciudad granadina que es el segundo conjunto histórico-artístico de la provincia.

Curiosamente, las prisas por conseguir la delimitación de suelo urbano -paso previo a la ejecución de cualquier plan urbanístico- surgieron en el Ayuntamiento de Guadix a raíz de la declaración de la ciudad como conjunto histórico-artístico. De la redacción del proyecto se encarga en principia un equipo de tres arquitectos -Eduardo Ortiz, Luis López Silgo y Marcelino Martín- nombrados, respectivamente, por la delegación de la Vivienda, el Colegio de Arquitectos y el propio Ayuntamiento de Guadix, el cual exige la conclusión del mismo en un plazo de un mes. Sin embargo, a pesar de que el proyecto es presentado en el Colegio de Arquitectos, para su preceptivo visado, el 26 de mayo, la Corporación local parece perder de repente su prisa y «se olvida» de pasar a retirarlo. Cuando por fin lo hace, tras ser varias veces instado a ello por el propio Colegio e incluso por el gobernador civil de la provincia -según consta en el expediente que luego se expondría al público-, han pasado ya dos meses y el alcalde ha tenido tiempo de buscar y contratar su propio arquitecto municipal.Más tarde, el 25 de agosto, el pleno municipal acuerda, por unanimidad, «aprobar inicialmente el proyecto de delimitación de suelo urbano de Guadix y su estación, redactada por el equipo de arquitectos nombrado a instancia del excelentísimo señor gobernador civil, con las modificaciones que propone el arquitecto municipal». Pero, en realidad, tales modificaciones, no son más que una mera y extensa ampliación de los límites del proyecto original.

Entre otras modificaciones hechas al proyecto original por el señor Millán, sin duda lo más destacable es la transformación en zona urbana de dos de las que en él figuraban como no urbanizables: las inmediaciones de la catedral y la Huerta de los Pastores. Con el agravante, en el segundo de los casos, de que se trata de la última posibilidad que hoy día tiene Guadix de poseer una zona verde claramente delimitada dentro de su casco urbano: unas seis o sicie hectáreas de diferentes huertos perfectamente conservados en pleno centro de la ciudad. Desde el punto de vista especulativo, pues, la calificación de ambos sectores como suelo urbano o no urbano resulta, al menos, sospechosa.

Impugnación desoída

Por otro lado, la única impugnación presentada contra la totalidad del mismo dentro de plazo, la firmada por la delegación provincial del Colegio de Arquitectos, con fecha 30 de septiembre, ni siquiera ha sido al parecer considerada por los ediles accitanos a la hora de dar aprobación al proyecto, a pesar de que en ella se recogían y denunciaban tres claros motivos de ¡licitud del acto.Según, el Colegio de Arquitectos, la documentación exhibida «adolece de defectos formales -entre otras cosas, los planos han sido rectificados a mano mediante rotulador, con la consiguiente falta de garantías de que no volverían a ser retocados tras la obtención del visado-, determinantes de la nulidad del acto de aprobación inicial y exposición al público, a tenor del artículo 48.2 de la ley de Procedimiento Administrativo». Además, la enmienda efectuada por un arquitécto en el trabajo de otros, sin conocimiento ni consentimiento de éstos, supone igualmente un acto ilícito.

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