La Generalitat, hipotecada por Hacienda

El Ministerio de Hacienda no dispone todavía de un estudio sobre el gasto público con el grado de desagregacion, por provincias y regiones, que pueda ser considerado suficiente como para abordar con seriedad el tema de la transferencia de servicios del Estado a la Generalitat, según ha sabido EL PAIS en fuentes. responsables.

Las mismas fuentes precisaron que, en cambio, con relación a los ingresos públicos, el Ministerio de Hacienda acaba de terminar, hace muy escasas semanas, un estudio muy detallado y fiable que desagrega este capítulo a nivel de provincias y regiones. En los años treinta, cuando le produjeron transferencias de servicios del Estado a la Generalitat restaurada por la Segunda República, este tema fue absolutamente capital. Ahora la complejidad de la cuestión es infinitamente mayor, por ser también mayor el nivel de gasto público, tanto en términos relativos como absolutos.Los decretos restableciendo la Generalitat de Cataluña creaban también dos comisiones para la transferencia de servicios. Una entre la Generalitat y las actuales diputaciones catalanas -tema de importancia secundario dado el escaso relieve de estas instituciones- y otra entre la Generalitat y el Gobierno, a cuyo temario no se ponía límite alguno.

Es evidente que la transferencia de servicios del Estado -lo que equivale a poseer el uso del gasto público del servicio transferido- debe ir radicalmente paralela a una transferencia de ingresos que sea acorde con el gasto del servicio traspasado. Al no existir de forma desagregada por provincias y regiones un estudio del gasto publico, la transferencia de servicios puede convertirse en algo imposible o puede llegar a tener efecto con unas deficiencias básicas muy marcadas.

Los programas de los partidos, imprecisos

Curiosamente, en este tema capital del financiamiento de la autonomía, los programas de los partidos políticos catalanes son, por lo general, y casi sin excepción, extremadamente imprecisos.La debilidad de los programas económicos de los partidos políticos catalanes sobre este tema ha sido reconocida a EL PAIS por economistas directamente responsables de los mismos.

Ante este problema, es posible que en la etapa de la. Generalitat provisional sólo se plantee la transferencia de servicios y una paralela. transferencia de fondos, sin aludir a las fuentes de ingresos públicos. No obstante, esta fórmula es de una debilidad evidente y puede crear enormes desequilibrios. En efecto, es practicamente imposible, con las actuales tasas de inflación y los cambios sociales en curso, establecer el nivel de gastos en base a los presupuestos anteriores, ya que la actual inflación produce modificaciones muy sustanciales.

Es de recordar que en el próximo presupuesto no se tiene en absoluto en cuenta la existencia de la Generalitat de Cataluña. La presencia de la Generalitat en el presupuesto fue considerada «técnicamente posible y políticamente deseable si los servicios correspondientes hubiesen sido sensibles al tema en su momento», afirmó un profesor universitario a EL PAIS.

El problema ahora planteado es de un alcance superior al meramente catalán, por cuanto que afecta al conjunto de los procesos de autonomía en curso en toda España. Esta cuestión sería técnicamente fácil de resolver si las estadísticas oficiales tuviesen el grado de fiabilidad y desagregación propios de la mayoría de los países europeos, pero este no es el caso.