_
_
_
_
Tribuna:DIARIO DE UN SNOB
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Un destape

Parece que se trataba de quitarle a una artista su más íntima prenda, ante los fotógrafos y los periodistas. Yo dije que sí, que bueno. La artista era Debla, catalana. 0 sea que ya he hecho mi destape, mi personal destape, dentro del gran destape nacional:Qué se siente, qué se siente?- me preguntaba la legión de reprimidos. (Los reprimidos siempre son legión).

Nada, no se siente nada. El otro día vino una chica de la radio con la preguntita: opina usted del destape?

que ya no hay. Desde el momento en que todo el mundo se ha destapado, ya no hay destape.

Las siete plagas de Egipto se conjuran asumiéndolas y las tentaciones -tío Oscar, ya saben-, se vencen cayendo en ellas. Parecía que aquí íbamos a ir todos al purgatorio en cuanto Bárbara Rey sacase a pasear una cadera, pero la ha sacado y ni siquiera ha ido ella, que como todo el mundo sabe es una pecadora incorregible.

O sea que la primera enseñanza o corolario de mi personal destape de una señorita -la lencería íntima de Debla- es de carácter moral: si todos los españoles, cuanto más integristas mejor, tuviesen ocasión y vocación para destapar a una señorita ante el personal y la opinión (la opinión es el personal mismo, pero largando), se acabarían muchas represiones e incluso otras inqu . isiciones, como diría BoÍges, que estos días anda trasteado por Madrid.

Hay que sacar a Fernández de la Mora , a Martínez Esteruelas y a todos los que se dieron de baja en el Siglo XXI quitándole los trapitos a una señorita. Es como una vacuna. Se cura el trauma y la misoginia para siempre. Y no digo que hay que sacar a Fraga desbragando a una moza, porque ¿qué otra cosa hizo.Fraga en el citado club político sino quitarle la braga de hierro calado de Ucranla a Santiago Carrillo? Esperemos que eso te haya vacunado de anticomunismo.

Pero estamos ya con la segunda enseñanza de mi afortunada experiencia erótico- le ncera, que es más bien de tipo político. Mi amigo el ultra me dice:

-Para esóqueréis la democracia.'Para dedicaros al desmadre lúbrico.

-No es el desmadre. Es el desbrague.

Mi amigo el rojo me dice:

-Parece mentira. Eso es decadentísimo burgués y corrupte la bohemia. Parece mentira en ti, repito.

También -Trotsky acusaba a Maialkowski de bohemia burguesa cuando Maialkowski contaba en greguería su particular destape de una señorí ta: El farol calvo le quita las medias a la noche. Por la crítica de Trotsky, entre otras cosas, se quitó la vida Maialkowski, como se la quita Larra, según Buero, por culpa de los inquisidores de izquierdas y de derechas, después de haber destapado por última vez a Dolores Armijo.

Pero yo no voy a pegar una detonación por haber ayudado a desvestirse a la vivaracha Debla bajo las llamas de purgatorio de los nashes fotográficos. La tesis tan cara a Fernando Sayater de que la Iglesia es siempre la Iglesia, de derechasode izquierdas, siempre inquisitorialy puritana, la he corroborado yo por vía más grata que las ingratas y prodigiosas vías de¡ pensamiento que sigue el joven filósofo del mostacho casi nietzscheano. A todos les ha parecido mal lo de Debla, y por las mismas razones, que es lo inquietante.

Julián Marías, en certero artículo, ha expli-cado el otro día en este mismo periódico cómo la cultura española está llena de tajos, prohibiciones, hachazos e inquisiciones que nos damos unos a otros. A Ortega le temía la derecha por rol . 0 y la izquierda por ffivolo, aunque nunca se metió el filósofo en el delicado trance en que me metí yo con Debla. Florencio Martínez Ruiz glosa bellamente mis cosas literarias en A BC y dice que están hechas cuando yo tenía «menos solicitaciones sociales». Es que hay mucha braga ideológica y fanática que quitar, Florencio,

amor.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_