Otro torero de Villalpando
Plaza de Carabanchel. Cinco novillos del Marqués de Valdueza: Bien presentados, con mucha casta, muy nobles primero y quinto. Carlos Avila Oreja. Teófilo González, El Sevillano.Aviso y palmas. Pedro Simón: Palmas. Javier Roldán: Vuelta. Luis Miguel Vilialpando: Vuelta.Debutó como bandillero el ex alumno de la escuela taurina El Ratón de Baleares. Bregó con eficacia Paco Domínquez.
La escuela taurina presentó cinco nuevos alumnos ante la afición, y a pesar de que estaban poco placeados, el resultado final del festejo, fue positivo. Luis Miguel Villalpando y El Sevillano mostraron magníficas maneras. Los novillos del Marqués de Valdueza, muy encastados, colaboraron al buen desarrollo de la novillada. Fuertes, bravos y codiciosos, la nobleza del primero y quinto fue la nobleza de un animal de lidia, había picante en las embestidas, emoción por tanto, muy lejos del borrego tonto al que se le pueden dar mil pases. Carlos Avila, embarullado con el capote, banderilleó en unión de Pedro Simón y se mostró como rehiletero fácil y seguro. Destacó en un par al quiebro. Hizo una faena correcta sobre la mano derecha y lo mejor fueron dos pases de pecho. Muy bien con la capa El Sevillano, tres largas cambiadas de rodillas. verónicas con las manos muy bajas y media tuvieron auténtica calidad. Con la muleta cita con gran verdad, adelanta la muleta y carga la suerte y baja mucho la mano. Faltó a la faena remate y se alargó mucho, pero dejó un buen sabor; no es corriente ver torear con tanta pureza Pedro Simón toreó bien de capote, verónicas, dos medias y unas navarras rematadas con la larga afarolada. Banderilleó con aseo y realizó una faena de muleta que fue de más a menos. Hubo temple en unos muletazos por bajo y en derechazos y naturales, pero acabó a la deriva, vencido por la casta del novillo. Javier Roldán, embarullado con la capa, denotó poco oficio, apuntó cositas en unos derechazos y en un gran pase de pecho. La grata sorpresa fue Luis Miguel Villalpando, que hizo un gran quite por chicuelinas al cuarto. Luego, en el suyo, toreó muy bien a la verónica y re inató con media belmontina ceñida, de cartel. Luego dio unos faroles de pie con anejo sabor al toreo de siempre. De muleta construyó una gran faena, con pases muy templados, pero unos naturales cargada la suerte, lentos, largos, mandones fueron una muestra palpable de un torero de gran calidad.
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