Sonámbulos
Dentro de un estilo de exhibición ejemplar y sin precedentes que nos está permitiendo visionar casi la totalidad de la obra de Werner Herzog, nos llega ahora su penúltimo largometraje: Corazón de cristal.Werner Herzog es la más fuerte personalidad surgida en el último cine alemán. Su estilo es, férreo, eminentemente teutón. Sus temas singulares, extremos. Herzog recurre siempre al tono fabulesco, parabólico. Su utilización de los actores forma parte del carácter experimental de su cine. Así, mientras uno de sus filmes está enteramente interpretado por enanos (También los enanos empezaron pequeños), otros dos (El enigma de Gaspar Hauser y Stroszek) están protagonizados por un hombre recluido en un siquiátrico: Bruno S. Con Corazón de cristal Herzog llega aún más lejos: los actores están «dirigidos» mediante hipnosis. El propio Herzog ha declarado que no hacía esto por manejar marionetas, sino para crear un clima surreal, un ambiente de sueño que precede a la apocalíptica pesadilla en que se verán envueltos sus personajes.
Herz aus glass
Guión de Werner Herzog y Herbert Achternbusch. Dirección de Werner Herzog. Fotografía de Joerg Schmidt-Reitwein. Música del grupo Popol Vuh, Martin Codax, anónimo español del siglo XIII y anónimo provenzal Intérpretes: Josef Bierbichler, Steffan Guttler y Clemens Scheitz. Alemana, 1975-76. Local de estreno: Duplex sala 1.
El argumento es simple: un hombre profetiza el incendio de una fábrica de cristal. La película se construye sobre este esquema ambiguo, mágico y sugerente. Las sensaciones importan más que la anécdota. Los personajes de esta historia, víctimas de un hechizo, se precipitan hacia un fatal desenlace que todos conocen. Corazón de cristal es un ballet sonámbulo de una gran belleza plástica.
Como en todos los film es de Herzog, el ritmo es lento, moroso, pesado. Claro que comparado a sus soporíferos compatriotas Schroeter, Syberberg, etcétera, Herzog es un cineasta «de acción».
Resumiendo, Corazón de cristal, sin ser un filme logrado, si es un filme de una extraña belleza en el que se nota la ausencia de una historia, « fuerte », que si existía tras los guiones de Aguirre, la cólera de Dios y El enigma de Gaspar Hauser, sin duda su mejor película.
Babelia
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