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Marcelino Oreja expone la política exterior española en la ONU

Respaldado por la homologación democrática conseguida por España en las elecciones generales de junio, el ministro de Asuntos Exteriores, Marcelino Oreja, anunció ayer, ante la XXXII Asamblea General de las Naciones Unidas, las líneas maestras de la política exterior del tercer Gobierno de la Monarquía.La defensa de los derechos humanos, el apoyo a una orden política mundial de distensión y desarme, y la creación de un orden económico global más justo, fueron los tres puntos básicos del discurso del señor Oreja ante la Asamblea General de la ONU, que fue definido por el propio ministro, como una exposición de la filosofía en política exterior de su Gobierno y como una «visión de España hacia el mundo».

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Puntos esenciales del discurso

Tras afirmar que «el adecuado respeto y debida salvaguarda de los derechos humanos constituyen y constituirán principios básicos de la política y del derecho de mi país», el canciller español pasó a analizar los focos de conflictos existentes en el mundo. La postura de España respecto a Oriente Próximo quedó definida así: «Respeto al derecho a la existencia de todos los países de la zona, retirada de Israel de los territorios ocupados y reconocimiento de los derechos nacionales del pueblo palestino.»

El cumplimiento de estas premisas, que el Gobierno español considera necesarias para la consecución de la paz en Oriente Próximo, permitiría -añadió el ministro- dar culminación a la voluntad española de mantener relaciones normales y amistosas con todos los países del mundo. O, dicho de otro modo, no habrá relaciones diplomáticas con Israel hasta que no se produzca la retirada de los territorios ocupados y se sienten las bases para una solución «justa y pacífica».

El señor Oreja se ocupó seguidamente del conflicto en el Sahara occidental y dijo que España «sigue con profunda atención el desarrollo de los acontecimientos en¡ la región» y confía en que «puedan hallarse fórmulas que faciliten la eliminación de la tensión en la zona y propicien su estabilidad y el pacífico entendimiento mogrebí».

Una solución justa y duradera del problema del antiguo Sahara español debería buscarse, añadió el ministro, «de acuerdo con las partes, en la armonización de sus respectivos y legítimos intereses y teniendo en cuenta la expresión de la voluntad saharaui».

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Tras hacer un llamamiento a la concordia y al diálogo entre las partes, Marcelino Oreja anunció el propósito de su Gobierno de «colaborar en los esfuerzos humanitarios de carácter internacional que se lleven a cabo y poner en práctica, por su parte, cuantas medidas puedan contribuir a la distensión en este área especialmente sensible».

El ministro español condenó seguidamente la política de apartheid de Africa del Sur, así como el régimen ilegal minoritario de Rodesia y manifestó que España apoya los esfuerzos encaminados a lograr «la pronta y pacífica independencia de Zimbabwe y de Namibia, bajo los Gobiernos mayoritarios».

Tras dedicar una amplia parte de su intervención a los proble mas de la distensión y el desarme mundiales, el ministro español pasó a ocuparse de las situaciones coloniales fuera del continente africano, con especial referencia a Gibraltar.

«Quiero, una vez más, reflejar la imprescindible reivindicación española de soberanía sobre el territorio», dijo el señor Oreja, que recordó que todas las fuerzas, políticas españolas apoyan esta reintegración de Gibraltar a España, según se evidenció en el el Pleno del Congreso de Diputados sobre política exterior. España está dispuesta a abordar el tema de Gibraltar en su totalidad, añadió, «teniendo en cuenta los intereses de sus habitantes, y facilitando la articulación entre la plaza y la comarca circundante, a la medida que lo permita. el progreso de las negociaciones».

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