Posible reducción del déficit exterior en seiscientos millones de dólares

«El déficit exterior español será, este año, inferior en seiscientos millones de dólares al registrado en 1976», pronosticó en la noche del martes, ante las cámaras de RTVE, el ministro de Comercio y Turismo, Juan Antonio García Díez, que dedicó buena parte de su intervención a destacar los buenos frutos derivados de la devaluación, aunque matizando los riesgos que la continuación del ritmo inflacionario puede comportar, hasta el punto de eliminar los aludidos beneficios, tal y como aconteció en 1976.Refiriéndose al momento elegido para efectuar la devaluación de la peseta, el ministro de Comercio señaló que, de haber estado en situación de elegir, hubiera sido más conveniente realizarla en otoño, pero que la situación heredada les había forzado a adoptar tal decisión, nada más acceder al Gabinete.

El señor García Díez aportó una serie de cifras sobre la evolución del sector exterior desde la devaluación, insistiendo también en la consolidación de la peseta en los mercados internacionales, hasta el punto de recuperar en pocas semanas tres puntos frente al dólar sobre el porcentaje inicial de la devaluación. Durante el mes de julio, los ingresos por turismo y las inversiones extranjeras aumentaron en un 90 %, ambos, con respecto al mismo mes de 1976. Las importaciones, por su parte, se redujeron en un 4 %, en tanto que las transferencias crecían un 27 %.

También destacó la mejora sustancial del nivel de reservas del Banco de España que, a pesar de las fuertes pérdidas de los primeros días de julio, forzadas por la devaluación, están actualmente en 5.317 millones de dólares -451.945 millones de pesetas-; es decir, al mismo nivel de abril de 1976.

Insistiendo en el tema de la balanza de pagos, el ministro señaló que la discreta reducción no debería empañar la auténtica gravedad del desequilibrio exterior de la economía española. El déficit de la balanza española se mantiene, con todo, en cotas muy elevadas, que será necesario reducir

Para el señor García Díez, la política económica a seguir "pasa por una mayor disciplina del gasto público, por un aumento de impuestos, por una política crediticia severa y por una moderación en el crecimiento -lo que no quiere decir una congelación- de las rentas y de los salarios. Es una medicina amarga; amarga de tomar y amarga de administrar. Pero es la única".

Finalmente, el ministro señaló que, aunque pudiera parecer que ésta era la política de UCD, era también la única capaz de sacar al país de la crisis.