Expectación en Argelia ante la intervención española en la ONU

Argelia seguirá con atención especial la intervención de España en la próxima sesión anual de la Asamblea General de la ONU, por considerar que la misma debe poner de relieve la actitud del Gabinete español sobre el Sahara occidental.«El Gobierno de Adolfo Suárez está obligado a explicar en la ONU su posición actual sobre ese problema», estimaba ayer el semanario argelino Revolución Africana en una nota editorial.

La situación que prevalece en el Sahara occidental forma parte del informe, a cargo del secretario general de la ONU, Kurt Waldheim, y en el mismo se reafirma la responsabilidad de esa organización en lo que sigue siendo un caso típico de descolonización, afirma.

No obstante considerar que la Carta de las Naciones Unidas ya no se adapta a las necesidades del mundo contemporáneo, el Gobierno que encabeza Huari Bumedien admite que, a través de sus principios, sigue siendo la única base para poner en práctica la política de coexistencia pacífica, proyectada en este caso a las dificultades relativas a la descolonización en el Africa austral, el Sahara occidental y al conflicto en el Oriente Próximo.

Se recuerda aquí que la ONU, en su XXX sesión, adoptó una resolución que señalaba el derecho inalienable del pueblo saharaui a la autodeterminación, así como la responsabilidad de España en tanto que potencia administradora.

En cuanto a la cumbre africana que debía tratar el problema del Sahara y que fue aplazada a instancias del presidente de Zambia, medios de la secretaría general de la Organización de la Unidad Africana (OUA) aseguraron que ésta podría celebrarse en la propia Lusaka a comienzos del año próximo.

Según la OUA el aplazamiento obedece a la presión militar del régimen de Rodesia sobre su país vecino y al hecho de que los Gobiernos africanos no han entregado aún su contribución financiera para cubrir los gastos administrativos de la reunión.

Esta es la segunda vez que se suspende la citada cumbre, cuyo principio había sido adoptado por la OUA en Port-Louis enjunio del año pasado, y todo da a entender que si sobre el papel los jefes de Estado africanos reconocen el derecho a la existencia nacional del pueblo saharaui, a la hora de poner en práctica esos principios emergen las ambigüedades y diferencias que los separan.