"Hay que crear una moral internacional"

El fundador del Festival Internacional de Teatro de Nancy, Jack Lang, asistió en Madrid a la inauguración del museo de la Resistencia Salvador Allende, cuya muestra itinerante se presentó por primera vez la primavera pasada en Nancy, dentro de las manifestaciones culturales sobre el tema de las relaciones entre Europa y América Latina. Jack Lang promueve en París la creación de un centro cultural que sirva para potenciar «una Europa más hermanada con los otros países, sobre todo del Tercer Mundo, de intercambio y libertad de ideas, en definitiva, una nueva moral internacional», según declaró a EL PAIS.

Profesor de Derecho Internacional en la Universidad de Nancy, su dedicación al teatro pasa por la fundación y dirección del Festival de Nancy, la dirección durante dos años del Teatro Nacional Popular, continuando la labor de Jean Vilar y Georges Wilson, y la fundación del Teatro Nacional de los Niños. En la actualidad divide su actividad política y cultural entre Nancy y París. «Formo parte -declara- de un comité para crear en París una casa de cultura donde se estudien las relaciones entre Europa y América Latina y donde se podría instalar la sección francesa del Museo Allende. Se programarían unas actividades culturales y políticas sobre la libertad de circulación de ideas, intenta crear una nueva Europa más fraterna con los otros países, sobre todo del Tercer Mundo. El comité está formado por unas veinte personas de diversos países, al que se han sumado nombres como Losey, Moravia, Wiss y Jean Ziegler, quien ha escrito un libro crítico, Une Suisse au dessus de tout soupcon, que es una denuncia de la mitología suiza.»«En el momento de establecer las relaciones de Europa -añade- es necesario que la posición de la izquierda sea más clara, más orientada hacia la creación de una nueva moral internacional. Al mismo tiempo nos gustaría que España entrara en el Mercado Común, ya que es importante que los países mediterráneos sean lo más numerosos posible en el Mercado Común.»

Jack Lang distingue entre el teatro político y el teatro revolucionario. «Hay que separar las formas de un teatro político, como el de Brecht, y un teatro crítico de nuestra historia y del presente. También está el teatro militante, ligado a partidos políticos y organizaciones sindicales. He visto cientos de espectáculos donde la aportación política es nula cuando los grupos se dirigen a un pequeño público convencido de antemano. Hay un auténtico teatro militante, como el de Darío Fo, o el teatro campesino de Luis Valdés, que combinan espectáculos críticos de denuncia y forma artística notable.