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Los hoteles Ritz y Palace no podrán ser rascacielos

Los edificios que ocupan actualmente los hoteles Ritz y Palace no podrán ser demolidos ni alterados exteriormente y toda obra en sus interiores habrá de ser notificada y autorizada por el Ayuntamiento, en virtud de su ubicación en una zona declarada artistico-monumental, según ordenanza. Esta información desmiente los rumores según los cuales sobre alguno de ambos solares. pudiera levantarse una torre de decenas de pisos, del tipo de las que ya se han construido en Castellana y Generalísimo.El origen de las especulaciones se sitúa durante el pasado mes de agosto, cuando trascendió el que sobre los mencionados hoteles se realizaban operaciones económicas de gran envergadura y tendentes a la venta de los inmuebles, que, independientemente de su explotación comercial como negocios, hosteleros, desde el punto de vista urbanístico constituyen dos unidades singulares de la fisonomía de la ciudad. Por ello las operaciones económicas levantaron recelo en distintos círculos madrileños por cuanto la venta de los hoteles podría convertirles en edificios de otra factura, tipo rascacielos, con las consiguientes desarmonías que tal eventualidad acarrearía para el centro monumental de la ciudad. Además, se calibraba que las operaciones de venta darían lugar a un hito más en la carrera ascendente del precio del suelo.

No obstante, todas estas cábalas han sido desmentidas a EL PAIS por el director general de los hoteles, José María Vicioso, que atribuye las especulaciones a un real movimiento de acciones, mediante venta, por parte de uno de los accionistas. Actualmente la entidad propietaria del Ritz y del Palace es una sociedad anónima belga, dueña: hasta hace años de una cadena hotelera por todo el país y hoy circunscrita a estos dos hoteles. La situación turística, considerada como recesiva, y la progresiva competencia entre los grandes hoteles de lujo de la ciudad alimentaron las especulaciones ahora desmentidas. Destaca el hecho de que según esta misma fuente, pese a eventuales cambios en la propiedad de los edificios, éstos continuarán dedicados a su uso tradicional, como hoteles.

Los dos inmuebles fueron construidos en breves espacios de tiempo, quince meses, a partir de los últimos años de la primera década, de este siglo, sobre el paseo del Prado y encima de los solares que anteriormente ocuparon vanos palacios. Bajo los auspicios del rey Alfonso XIII y vinculados a la dinastía financiera y hostelera de George Marquet, se erigieron como hoteles de gran lujo, categoría que todavía conservan. Actualmente el Palace alberga 525 habitaciones, con una capacidad de 945 personas y una plantilla que supera los cuatrocientos empleados. El Ritz, con 175 habitaciones y salones puede alojar a 305 personas y su plantilla de personal es de dos centenares de empleados. Pernoctar una noche en éste puede costar 4.500 pesetas y 3.120 en el Palace, y la jornada a pensión completa significa, con desayuno, comida y cena, alojamiento incluido, unas 7.000 pesetas.

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