"Expediente", una película a base de pintura, con significaciones políticas

Expediente es un corto de quince minutos sobre la pintura del equipo Crónica, o mejor, a la manera de la pintura del equipo Crónica, producido por una empresa tan marginal que se llama a sí misma Ghetto Films, escrito y dirigido por Carlos Rodríguez Sanz y Manuel Coronado, y que va este año al Festival de San Sebastián.

Se trata de un experimento complejo: es una panorámica singular de la pintura de los Crónica -Rafael Solbes y Manuel Valdés- que consigue darnos no sólo imágenes de sus cuadros, sino contar con medios directamente cinematográficos una historia: la de un hombre que sólo por los carteles de crédito finales sabemos que puede ser uno de los cinco fusilados el 27 de septiembre de 1975, pero que, en cualquier caso, es un español. reducido a su expediente, que está sufriendo un juicio, y cuya vida, la de España en cuarenta años, se agolpa en la pantalla.El resultado es una película conmovedora, aunque lo único vivo sea la nuca del protagonista, que, sin nombre, es toda la sociedad española. Una película política, agresiva, y en cambio nada panfletaria. Porque el lenguaje es demasiado distanciado, demasiado sofisticado, incluso ese final que, al ritmo de la Internacional con sonido de cajita de música, ve desfilar los paredones de la última exposición de Crónica.

Para hacerlo se ha jugado sobre todo con el movimiento de cámara y con un fiero trabajo montaje: en quince minutos se suceden 265 planos cuando lo normal son cincuenta. Y todo, hasta la misma pintura de los Crónica, es fundadamentalmente al servicio de un estudio de lenguaje que, de alguna manera, continúa el trabajo anterior del productor Carlos Rodríguez, en el libro Máscaras -Palabras-Poderes. Entonces se trataba de crear una nueva sintaxis en la fusión de palabras y dibujos. Ahora, desde la frágil imagen cinematográfica, se trata de trascender la imagen quieta de los cuadros y hacerla movimiento e historia. Hacerla cine sin dejar de ser su pintura.