Las caridades del INP
Si las cuentas de la Seguridad Social. son uno de los arcanos de este país, las del INP rozan la leyenda. Este organismo gestor .de la SS funciona con un presupuesto variable según el de la Seguridad Social, fijado en base a un porcentaje sobre los fondos que administra.Diversas prestaciones son facultativas y graciables por parte de las comisiones provinciales o nacional. Entre estas prestaciones se encuentran las referentes a prótesis dentales, gafas... que los asegurados solicitan y una vez sometidas a trámite son autorizadas en cuantías que no suelen superar las 20.000 pesetas o, en su caso, denegadas. En numerosas provincias las denegaciones son habituales en los últimos tiempos por falta de disposición de fondos del Instituto.
¿Hubiera conseguido el señor López Barranco las 420.000 pesetas de prestación para sus hijas, si no hubiera sido delegado general del INP?
Para muchos asegurados -contribuyentes- la noticia de esta prestación habrá llenado de estupor y confirmado la sospecha de que la administración de los
fondos es demasiado discrecional, arbitraria y en muchos casos sospechosa. Es urgente la integración de las cuentas de la Seguridad Social en el presupuesto del Estado y la onclusión en aquellas de las cuentas internas de los organismos gestores (INP, Mutualidades, etcétera).
El caso del necesitado señor Nuño Beato, veterano representante de los trabajadores en el INP, en la Mutualidad Laboral de la Piel y en seis legislaturas de las Cortes franquistas, presidente en funciones que fue del INP y vicepresidente durante bastantes años, es algo distinto. A la hora de cesar en su cargo político remunerado, ha recapitulado una pensión en la Mutualidad de Previsión. Esta Mutualidad cuenta con importantes fondos detraídos de los salarios de los funcionarios.
Al parecer, la fórmula empleada para garantizar una pensión al señor Nuño Beato es la de capitalización de una cantidad -2.834.215 pesetas- entregada por el Instituto Nacional de Previsión o por la Mutualidad con objeto de garantizar una pensión vitalicia de casi 30.000 pesetas al mes. ¿Justifica la biografía del vicepresidente del INP esta pensión o pago de servicios prestados?
Los casos de los señores Barranco y Nuño Beato son sólo botones de muestra, no muy importantes, pero sí significativos, de una Administración Pública, al menos irregular, que requiere un control más eficaz, y más directo y una mayor transparencia.
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