Madrid espera el comienzo de una auténtica negociación con Londres
El ministro británico de Asuntos Exteriores, David Owen, llegó ayer a Madrid, en visita oficial de tres días de duración. Owen, recibido en el aeropuerto por su homólogo español, Marcelino Oreja, declaró su satisfacción por encontrarse en «una España democrática», e insistió en el buen estado actual de las relaciones Madrid-Londres.
El secretario del Foreign Office, que mañaná será recibido por el rey Juan Carlos y por el presidente del Gobierno, Adolfo Suárez, trae, en su agenda de negociaciones, el tema de Gibraltar, como punto esencial de su viaje.Nadie duda que la cuestión gibraltareña estará en el centro de las conversaciones que, a lo largo de tres días, mantendrán Owen y Oreja. En principio, estas conversaciones van a intentar analizar las posibilidades reales de negociación entre ambas partes. Este es el punto clave del problema. Londres se niega a entrar de lleno en una negociación que, tarde o temprano, le llevaría a perder la soberanía del Peñón en favor de la integridad territorial hispana. Londres permanece en esta posición inmovilista desde 1968, fecha, en la que las Naciones Unidas recomendaron a ambas partes el comienzo de una negociación formal para concluir el proceso de descolonización.
Informaciones recogidas en Londres afirman que «Owen viene a España a escuchar» y que «no trae ningún plan negociador» en cartera. Se añade, en la capital británica, que Owen espera recibir una oferta concreta del Gobierno de Madrid, y se especula con la existencia de un «plan Oreja» que permita el desbloqueo de la negociación.
En Madrid, por el contrario, se piensa que Owen trae algo negociable desde la capital inglesa y que ese algo bien podría ser la voluntad británica de sentarse en la mesa de negociaciones, sin ideas preconcebidas. En Madrid, tampoco se excluye el citado «plan Oreja», en el que podrían incluirse concesiones inmediatas españolas al bloqueo de la roca y fórmulas para conseguir que el traspaso de soberanía de Gibraltar, de Gran Bretaña a España, discurra sin trastornos ni mermas para la población gibraltareña, ni para la situación geopolítica (presencia militar anglo-atlántica) de la zona.
El secretario del Foreign Office declaró, antes de salir de Londres, que «la nueva situación democrática española servirá para solucionar el problema de Gibraltar», y añadió que el Gobierno británico «mantiene su promesa de respetar la voluntad del pueblo gibraltareño».
En Madrid se piensa que el final del bloqueo del Peñón debe acompañarse de indicios de voluntad negociadora. Es decir, que ambas iniciativas sean simultáneas. Asimismo, en medios diplomáticos españoles se asegura que la soberanía del territorio gibraltareño no está reñida, ni mucho menos, con la defensa de los intereses de sus habitantes. Habitantes que serán informados de las conversaciones Owen-Oreja el próximo día 29, fecha en la que el secretario de Estado adjunto del Foreign Office, Frank Judd, se trasladará a Gibraltar para informar a Sir Joshua Hassan.
El resto de las cuestiones a debatir por Owen y Oreja son las siguientes: relaciones España-CEE, y aquí incluidos los temas de la candidatura de ingreso española, la pesca y la posible mejora de la adaptación del acuerdo preferencial de 1970; la Conferencia Europea de Cooperación y Seguridad; y la posición del Gobierno español de cara a la OTAN.
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