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Turistas españoles retornan a sus lugares de origen por falta de plazas hoteleras

Miles de turistas han visto frustradas sus vacaciones -total o parcialmente- en los últimos dias, como consecuencia de los numerosos casos de overbooking -exceso de reservas hoteleras- que se han producido en Baleares y Canarias, principalmente, as! como en la Costa Brava y algún otro punto de la costa española. En general, muchos hoteleros han cedido sus plazas, previamente contratadas en algunos casos, a los toar operator extranjeros, que se han lanzado a la búsqueda de camas en establecimientos españoles, sobre todo a partir de la devaluación del pasado 12 de julio.

Aviones devueltos a sus puntos de origen, vuelos cancelados antes de partir, numerosos turistas deambulando por calles de Palma de Mallorca, Ibiza o Las Palmas de Gran Canaria, son la consecuencia directa del desborda miento de la capacidad de esas zonas turísticas, en esta primera quincena de agosto. Escenas de nerviosismo, protestas masivas y, en fin, importantes perjuicios para los frustrados. veraneantes que, en la mayor parte de los casos, habían abonado íntegramente el precio de sus vacaciones. La situación alcanzó tal gravedad en Palma de Mallorca que la policía acudió al aeropuerto y demandó de los guías que acreditasen previamente las reservas hoteleras de los turistas que transportan para ser autorizados a desembarcar. En otros casos, las autoridades de Aviación Civil han advertido que quedaba cancelado el permiso de aterrizaje, incluso a aviones en vuelo.Cambio de destino

En muchos casos, el contencioso se ha solucionado variando el escenario de las vacaciones. Así, muchos turistas que habían concertados sus vacaciones en Baleares han sido transportados a Canarias, o a otros puntos de la costa española peninsular. Ello -aseguran las agencias afectadas- ha causado importantes pérdidas a los promotores del circuito, derivadas de horas suplementarias de vuelo, alojamientos extra y otros conceptos.

Pero en muchos casos, los clientes no han aceptado el cambio, en otros ni siquiera se les ha ofrecido y, en la mayoría, el desenlace ha sido escasamente agradable, tras intensos forcejeos entre turistas, agentes y empleados de hotel. En algunos casos, incluso se han producido conatos de agresión a directores de esta" blecimientos, ante la evidencia de que las plazas reservadas a españoles eran ocupadas por turistas de otras nacionalidades.

No hay camas

Diversas fuentes consultadas por los corresponsales de EL PAIS evalúan en 10.000 el número de personas que actualmente se encuentra sin posibilidad de alojamiento en Baleares, y de otras 3.000 en idéntica situación en Las Palmas. Ayer, unos quince aviones tuvieron que regresar a sus puntos de origen desde Palma de Mallorca, según fuentes del propio aeropuerto de Son San Juan', a los que se añaden aquellos que cancelaron sus vuelos antes de la salida.

Una -de las agencias más afectadas -Transclub-, en contra de cuyo comportamiento se han producido numerosas denuncias y reclamaciones, aseguró a EL PAIS que los culpables son exclusivamente los hoteleros, que no han respetado compromisos adquiridos con varios meses de antelación y han cedido las plazas disponibles a los operadores extranjeros, que pueden pagar mejores precios. Esta misma agencia aseguró haber registrado importantes pérdidas económicas y de imagen, como consecuencia de todos estos problemas, aunque en ningún momento habían dejado a nadie en la calle, sin alojamiento; lo que sí -aseguró- han hecho otras empresas.

Un delegado de dicha agencia en Las Palmas, sin embargo, declaró al corresponsal de EL PAIS que «el culpable es el Gobierno, por permitir que la gente coja sus¡ácaciones en agosto de modo nasivo».

La Administración asegura que habrá sanciones

De alguna manera, todas las responsabilidades se centran en [os hoteleros que, desconfiando de los operadores nacionales, han zedido plazas a los extranjeros, en los casos en que éstos estaban dispuestos a soportar un incremento de los precios.

La práctica del overbooking, normal en momentos de avalancha, está prevista y penalizada en el ordenamiento legal de la actividad turística española. Consecuentemente, son numerosas las denuncias admitidas en las oficinas dependientes de la Secretaría de Estado para el Turismo, durante los últimos días. El titular de este organismo, Ignacio Aguirre, manifestó ayer a EL PAIS que la Administración será inflexible en la aplicación de san ciones, que pueden llegar incluso al cierre del establecimiento. «En temporadas precedentes -señaló el señor Aguirre- ya se ha procedido al cierre de algunos hoteles, por efectuar contrataciones superiores al número de pla7,as disr)onibles.»Sin embargo, el responsable de la Administración turística española restó importancia al número de casos, señalando que no habían alcanzado a contingentes importantes de turistas, según los datos que le habían suministrado las respectivas delegaciones provinciales.

El problema concluirá, según todas las fuentes del sector consultadas, a finales de la próxima semana ya que, a partir del 20 de agosto, puede estimarse concluida la temporada alta y será notablemente menor la demanda de plazas.

En general, los afectados por el overbooking han sido los turistas español-es, que han visto ocupadas las plazas por ellos reservadas por extranjeros. Numerosos perjudicados han manifestado que, a pesar de que les ha sido devuelto el importe del contrato, el haber quedado imposibilitados para disfrutar sus vacaciones es prácticamente irreparable.

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