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Crítica:
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

"Jazz" tradicional en San Sebastián

San Sebastián ha celebrado este año la XII edición de su ya habitual festival de jazz. En esta ocasión, ha recuperado su concurso para grupos aficionados, que tanto eco tiene entre el público donostiarra. Tres grupos franceses, dos polacos, un alemán, un suizo, un checoslovaco, un danés, tres españoles (un catalán premiado), animaron las primeras sesiones del festival.

Las figuras profesionales que acudieron este año fueron: Muddy Watterns, Cab Calloway, Wallance Davenport, todos ellos viejos maestros del blues y el jazz tradicional. Representando un jazz de concepción más actual vinieron: Nucleos, Charles Mingus, y el grupo español Dolores, de Pedro Ruy Blas.El festival cuenta con un presupuesto de 4.500.000 pesetas, modesto en relación con otros europeos.

Los premios otorgados a los grupos aficionados fueron, dentro de la categoría de jazz moderno para el grupo Crash de Polonia y Catamaran, de Alemania. El grupo español La Locomotora negra, se llevó el de la categoría de jazz tradicional.

Los tres grupos provenientes de países del Este, demostraron una vez más su alto nivel de preparación. Crash con temas de Weather Report, Chick Corea... interpretados con un entusiasmo y una perfección admirables hicieron las delicias de los aficionados, quienes no les dejaban abandonar el escenario. Los temas propios del grupo mostraron su gusto por los temas latinos y por el jazz rock en general. Atentos a las actuales corrientes de esta música, su estilo es claro y organizado, las improvisaciones alegres, sencillas y bien definidas.

El grupo español La locomotora negra agradó mucho al público del festival. Su estilo tradicional, sencillo, sólo tiene la pretensión de revivir la alegre música de las grandes bandas de los años 30.

El primer concierto de los llamados profesionales estuvo a cargo de la orquesta Cab Calloway repleta de grandes figuras: Doc Cheactman, Budd Jhonson, Eddie Barefield, Hank Jones, Buddy Tate, Olivier Jackson, la cantante Carrie Smith y un extraordinario bailarín de claquettes Jimmy Slide.

Calloway cantó algunas canciones, dirigió la orquesta, y sobre todo deambuló por el escenario presentando todo el show, con su amplia sonrisa mostrando su gran experiencia en el mundo del espectáculo, no en vano es una gran figura desde los años 30.

El show rebosaba vitalidad y calidad a pesar de la avanzada edad de los músicos. Su estancia en el escenario fue una auténtica fiesta, los músicos realizaron unos solos llenos de sabiduría y maestría. Jimmy Slide estuvo desbordante. Su agilidad, ve locidad, la complejidad de su sentido rítmico, la extraordinaria gracia y suavidad con que se desenvuelve, le acreditan como uno de los mejores bailarines actuales. Tristemente, pocos grupos incluyen esta idea del espectáculo total, en la que música, baile canto están unidos.

La segunda sesión agrupaba un doble programa. De un lado el grupo británico Nucleus y de otro la Wallance Davenportnew Orleans Ban pequeña formación de seis músicos.

Nucleus realiza una música elaborada, típicamente británica, pero que a mi modo de ver resulta fría, poco comunicativa, con un concepto demasiado serio de lo que es el tocar. Composiciones aburridas que ni siquiera tienen ese intimismo que algunos grupos ingleses dan en su música.

Wallance Davenport, es ya un veterano de la música de jazz, nacido en el mismo Nueva Orleans, se formó en las orquestas de Count Basie, Lionel Hampton y fue director de la orquesta de Ray Charles. Su estilo es el típico de su ciudad natal: alegre, lleno de swing, sencillo y emotivo.

La última sesión del festival estuvo a cargo del grupo español Dolores, de Pedro Ruy Blas, y la gran atracción del festival, Charles Mingus.

El grupo Dolores actuó por debajo de sus posibilidades normales. Los nervios vencieron sobre la serenidad y la música salió precipitada, sin ese reposo que facilita la claridad la expresión, la comunicación... Hubo por su parte mucho entusiasmo pero también poco control. Las actuaciones que días antes habían realizado en una pequeña sala de Madrid atestiguan la buena música que Dolores viene haciendo, sin embargo, en el gran frontón de Anoeta, marco de las actuaciones profesionales del festival, su música quedó distante, confusa y, vacía de sentimiento.

La libertad de Mingus

Y por fin Charles Mingus, un hombre del que es difícil hablar. A sus 55 años su música es la historia de su vida, y su vida es la historia de la música de jazz.Quizá la característica que más define la música de Mingus es la independencia de cualquier estilo, la falta de prejuicios, la valentía para tocar según uno siente. Mingus ha pasado por muchos sinsabores, por muchas injusticias. Ser negro en un país de blancos, ser auténtico en el país de los grandes engaños, no es una vida fácil. Pero Mingus aún cree, y sus conciertos, llenos de vida, planteados libremente sobre la estructura de temas muy sencillos, son un resumen de lo que es la esencia del jazz: escribir y tocar uno su propia música de acuerdo con las emociones del momento en que se escribe o se toca.

En resumen, el festival, aunque no refleja el momento de la música actual, ya que es tradicional en cuanto a estilo de música, permite a los aficionados el contacto con la música en vivo, cosa, a la que tristemente no estamos nada acostumbrados.

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