Libia denuncia masivos bombardeos egipcios

Libia acusó ayer a Egipto de realizar ataques aéreos masivos a lo largo de la frontera común. Un portavoz gubernamental afirmó ayer en Tripoli que los aparatos egipcios habían bombardeado objetivos civiles en las ciudades costeras de Tobruk, Al-Bardi, Jaghboudy, Musad, así como el oasis Al-Kufra, en pleno desierto meridional. Por su parte, los portavoces egipcios niegan que se hayan producido tales hechos. Se ha entrado así en una guerra de comunicados que añade mayor confusión a una situación tensa y explosiva entre arribos Estados. Mientras tanto, crece la preocupación por el conflicto en los países árabes, y tanto el líder de la OLP, Yasser Arafat, como la Liga Arabe realizan intentos de mediación entre los presidentes Gadafi y Sadat.

Los comunicados difundidos ayer por el régimen libio dan cuenta de que ocho aviones egipcios habían sido derribados (dos de ellos sobre Tobruk, ciudad situada a 120 kilómetros de la frontera) y haber aniquilado una brigada de 7.000 hombres. Un portavoz oficial ha afirmado que si El Cairo «no interrumpe sus agresiones», las fuerzas libias serían lanzadas contra «el corazón del territorio egipcio». Afirman que los ataques aéreos egipcios pueden preludiar una ofensiva terrestre en gran escala.

Durante el quinto día de incidentes y graves tensiones entre las dos naciones, Tripoli dio cuenta (le que su artillería antiaérea había obligado a replegarse a los aviones egipcios sobre Tobruk y la base de Al-Kufra, que durante, la segunda guerra mundial fue utilizada por los británicos como centro de su ofensiva contra las divisiones acorazadas alemanas que dirigía el mariscal Rommel. Esta base está situada a unos mil kilómetros, al sur de Tobruck.

Por su parte, los portavoces militares egipcios han afirmado que todos estos comunicados eran «un montón de mentiras» y que los ataques denunciados por el régimen libio «eran producto de su imaginación». Niegan también que se hayan producido penetraciones de unidades blindadas en el interior de Libia.

Mientras tanto, el líder de la Organización de Liberación de Palestina, Yasser Arafat, continúa realizando incesantes entrevistas con los dos presidentes, desplazándose de El Cairo a Trípoll y viceversa.

Un comunicado de la OLP afirma que Arafat había encontrado «buena disposición» en ambas partes para resolver la crisis. Según los representantes palestinos las dos partes coinciden en considerar «especialmente lamentables» los enfrentamientos, en momentos en que «todos los efectivos árabes deben destinarse a luchar contra Israel, nuestro enemigo común».

Mientras tanto, el secretario general de la Liga Arabe. Mahmud Riad, realiza contactos con las dos partes para conseguir que «mantengan la calma y eviten nuevos enfrentamientos en momentos tan críticos para el mundo árabe». A la vez está intentando convocar una reunión urgente de los ministros de Asuntos Exteriores de la Liga Arabe para resolver el conflicto.

Por su parte, Kuwait ha exhortado a los dos países para que pongan fin a las tensiones, y ha expresado su disgusto por la situación. El ministro de Asuntos Exteriores kuwaití convocó ayer a los embajadores libio y egipcio para expresarles esta posición.

Libia, entre tanto, sigue responsabilizando de los enfrentamientos a Egipto. Días pasados había dirigido una advertencia a El Cairo para que retirase sus tropas de los puestos fronterizos libios ocupados a mediados de junio, o, en caso contrario, tendría que recurrir a la fuerza. El plazo de este ultimátum podría haber coincidido con el comienzo de las hostilidades el 17 de julio, aunque los portavoces oficiales en Trípoli no señalaron la fecha del fin del plazo concedido.