Inquietud para el escudo y satisfacción para los turistas portugueses
El anuncio de la devaluación de la peseta ha sido acogido con reacciones diversas en Portugal.A nivel de la prensa y de la información en general, esta medida era prevista y considerada como inevitable.
«Suárez toma medidas urgentes. La peseta, desvalorizada para salvar la economía», titula, en primera página, el Diario de Noticias, que expresa puntos de vista próximos al Gobierno socialista. El artículo subraya, además, que Felipe González, informado previamente de las medidas económicas del Gobierno, consideró éstas como «buenas».
Para el hombre de la calle y, sobre todo en vísperas, de las vacaciones, la noticia es importante: «Ya se puede volverá ira España.» En efecto, la devaluación del escudo (15 %) y la limitación impuesta a las ventas de divisas para turistas había creado serias dificultades a los portugueses, para quienes Madrid, y más modestarnente, Badajoz, constituye aún una anhelada nieta de excurs i ón.
Los medios económicos distan mucho de mostrar el mismo entusiasmo. Los expertos ya deben haber calculado los inevitables efectos de esta medida sobre la economía y la situación de la moneda portuguesa, pero hasta la fecha nada ha sido revelado.
Sin embargo, es evidente que la decisión de las autoridades españolas va a reforzar las presiones, ya fortísimas, en favor de una nueva devaluación del escudo.
El sector directa o indirectamente ligado al turismo es el que espera con más preocupación los efectos inmediatos de esta desvalorización. En efecto, al principio de esta semana, las estadísticas de entradas de turistas en Portugal en los cinco primeros meses de 1977 habían sido publicadas con este comentario: «Los españoles prefieren Portugal.»
Si las entradas de extranjeros relistraban, en conjunto, un aumento del 52,1 %, el aumento de turistas españoles en relación al mismo período de 1976 era impresionante: 109,1 %. Si bien parece dudoso que los españoles que ya reservaron hoteles en el Algarve y de la Costa del Sol anulen sus planes de vacaciones, su nivel de consumo sufrirá inevitablemente del encarecimiento de los precios portugueses, como consecuencia de la devaluación de su moneda.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.