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Los cursos de arte de la Magdalena, ante su nueva etapa

"Vanguardia: mito y realidad, en el eje del inaugurado el lunes en Santander

En los tiempos, cercanos y a la vez lejanos, del franquismo, los cursos de arte de la Magdalena, constituían una de las manifestaciones más sui generis de la sociología cultural del régimen. Bajo la presidencia eterna de José Camón Aznar, y con el patrocinio económico de Radio Nacional de España, gran cantidad de artistas y críticos ocupaban la antigua residencia real que la República pusiera a disposición de la cultura. En 1953, por vez primera, se manifestaron de manera oficial las tendencias abstractas en una semana que también tuvo por marco esta universidad. Pero en los cursos más recientes nada de esto ocurrió. Año tras año acudían los mismos a decir lo mismo. Casualmente, sonaban voces distintas. Al curso de 1969. llegaron los aires de la contestación, y unos artistas disidentes anunciaron la toma de la Magdalena; con poco sentido del humor, se respondió policiacamente a lo que al final no era sino la toma de la Magdalena proustiana.

Los tiempos cambian, y el curso Vanguardia artística: mito y realidad que se inauguró el lunes pasado, bien poco tiene que ver con la retórica cultural. Aún es temprano para decir si sus organizadores, Antonio Bonet Correa, como director, y Simón Marchan, como secretario, verán satisfecho su deseo de que haya algo más que una sucesión de lecciones magistrales y seminarios eruditos. Pero, sin duda, las bases están sentadas para que surjan la confrontación ideológica y el debate. Esa entidad mal definida que es la vanguardia será analizada por gente tan diversa como Tomás Llores, Valeriano Bozal, Marcelin Pleynet, Angel González, Federico Jiménez, Patricio Bulnes, Juan Navarro Baldeweg, Fernando Huici, Conrado Maltese, Ignaci Solá Morales, Cirilo Popovici, etcétera. Diversos colectivos de artistas, abrirán el debate (que se anuncia polémico) sobre las relaciones arte-política en la España de hoy. Las tardes estarán dedicadas a dos seminarios: el primero, dirigido por Francisco Calvo, sobre las vanguardias históricas; el segundo, dirigido por Juan Antonio Ramírez, sobre los medios de masas y el arte.

Conferencia inaugural

Antonio Bonet Correa pronunció la conferencia inaugural. Tras. unas palabras de bienvenida, en las que puso de relieve las diferencias (incluso a nivel de protocolo) de esta nueva etapa del curso respecto a la anterior, entró a analizar el fenómeno de la vanguardia, «esa palabra militar y revolucionaria que desde finales del siglo XIX designa a la modernidad». Haciendo hincapié en los primeros vanguardistas, que creían estar estrenando el mundo, pasé revista a las distintas críticas, especialmente políticas, que se le han hecho a esa vanguardia heroica, maquinista y deportiva. Perfiló asimismo la situación más reciente, en la que lo moderno ha pasado a ser aceptado, en la que la gente no entiende la Documenta de Kassel, pero entiende que es al me nos un espectáculo y un negocio.Tanto la ponencia de Francisco Calvo como la ponencia de Angel González, en las que el concepto de vanguardia era sometido a una critica minuciosa, suscitaron largos coloquios en los que se pusieron de relieve las disyuntivas y ocasionales coincidencias entre vanguardia artística y vanguardia política, el mesianismo progresista de las vanguardias históricas y la institucionalización de las vanguardias en el capitalismo avanzado. En definitiva, llegaba el momento en que todo el mundo llegaba al acuerdo de que lo cuestionado era el término mismo de vanguardia.

En el marco del curso, va a inaugurarse en Santander una muestra sobre la vanguardia lo cal desde comienzos de siglo: Riancho, Cossio, María Blanchard, Ricardo Bernardo, y los pintores de la posguerra, esperamos que también figuren en la muestra las numerosas publicaciones por las que se expresaron los grupos avanzados de la ciudad: Carmen, Proel, Altamira, La isla de los ratones, etcétera. Sería lamentable que no quedaran evocadas estas revistas o el ultraísta Ciria y Escalante, o los primeros pasos de José del Río Sanz, o Gerardo Diego.

Aunque ya informaremos cuando se inaugure sobre la entidad definitiva de la muestra, ya podemos decir, por. una de esas injusticias tan frecuentes en nuestro país, que la figura de María Blanchard no quedará debidamente representada. En vida, la ciudad la ignoró o la despreció. Ahora, cuando ya es pasado, un importante banquero de Santander posee varias obras suyas, pero no ha querido prestarlas. Como si la cultura fuera patrimonio de quien posee sus cenizas.

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