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El director del Instituto de Informática Barylan se fuga al extranjero

El pasado miércoles, día 1, cerraba el Instituto Barylan, SA, cuya sede central se encuentra en la Avenida de José Antonio, 22, de Madrid. El 18 de mayo había desaparecido el director, propietario y presidente del consejo de administración. Lázaro Issi, sin que hasta el momento se conozca su paradero. Como consecuencia de estos hechos, se ha producido el despido automático de todos los trabajadores. Por el Instituto han pasado casi 65.000 alumnos. El Instituto Barylan, que impartía enseñanzas de programación y marketing, no estaba reconocido por el Ministerio de Educación y Ciencia, aunque sí legalizado como empresa.La desaparición del señor Issi, un italiano de origen judío, fue denunciada a la policía hace unos días. Después, se envió una circular a los trabajadores explicando que el director se había marchado al extranjero. Fuentes de los trabajadores manifestaron que los alumnos de este año podrían ser alrededor de los 14.000. Los estudiantes tenían dos posibilidades de pago que realizaban mediante la firma de un contrato: 22.000 pesetas como cantidad global al principio del curso o 5.000 al hacer el contrato y letras de 3.000 hasta totalizar unas 30.000 pesetas. Un cálculo hecho por encima daría una cifra superior a los trescientos millones de pesetas, de las que hubiera tenido que dar cuenta el señor Issi.

Las actividades del Instituto Barylan de Enseñanza Programada se habían denunciado ya como irregulares en diversas ocasiones. El señor Issi comenzó vendiendo cursos sobre teoría de conjuntos, en los que afirmaba ser licenciado en Ciencias Exactas, extremo éste falso, según se ha publicado. Barylan abrió delegaciones en Barcelona, Bilbao, Alicante, San Sebastián. Vigo, Málaga, Sevilla. Córdoba, Vitoria y Valencia. Al mismo tiempo, creó una amplia red de vendedores que iban por las casas ofreciendo cursos de programador, principalmente a las familias de estratos y barrios más modestos.

Según fuentes del propio centro, llegaron a venderse cursos a chicos de once y doce años e incluso a un subnormal. En algún caso se prometió que enviarían un ordenador a casa del alumno para que pudiera practicar. La Asociación de Vecinos de Palomeras Altas organizó una querella colectiva, que no llegó a presentar porque fue cerrada. Se calcula que las familias estafadas por este sistema fueron alrededor de 60.000

El Instituto Barylan se había unido a varias empresas más, entre ellas las denominadas Besset Ediciones y Ader. No obstante, cuando una alumna llamó estos días a Ader, con sede en el Paseo de las Acacias, 3, se le dijo que aquello ya no tenía nada que ver con Barylan y que el director de Ader no podía ponerse al teléfono porque se encontraba enfermo.

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