Feminismo biológico y social

Tribuna Feminista, la colección que publica Editorial Debate, pretende ser una colección abierta que recoja «textos rigurosos sobre distintos enfoques de¡ feminismo». Nunca, hasta ahora, ha habido una colección coherente que se dedique en exclusiva a este tema tan importante. La colección publicará libros tales como Las mensajeras, de Evelyne le Garrec; Mundo de hombre, conciencia de mujer, de Shella Rowbotham, o Problemas del feminismo en el Estado español, de Jimena Alonso y Fini Rubio (es de destacar que entre los títulos que prepara la Editorial Debate sólo hay, hasta el momento, uno de autoras españolas).La colección ve la luz con la obra de Ann Oakley, La mujer discriminada: biología y sociedad. La autora, eminente socióloga inglesa y militante en las filas del feminismo, intenta echar por tierra la ideología patriarcal y capitalista, ideas, mitos, etcétera, que mantiene a la mujer en segundo plano. A lo largo de sus páginas se estudian las diferentes situaciones por las que ha pasado la mujer en la historia y en diversas culturas, qué papel juega la cultura y qué papel la biología, en su supuesta inferioridad. La autora reflexiona acerca del feminismo, que no es tan nuevo como algunos pretenden, revisando las publicaciones sobre el tema aparecidas desde una época tan temprana como 1540. En Inglaterra incluso surge, en esa época, una sociedad mercantil en la que «no existían doctrinas rígidas que señalasen de antemano cuáles debían ser los papeles del hombre y de la mujer». En la primera época isabelina hay importantes cambios con respecto a la mujer: aumentan las responsabilidades de ésta, se presta gran atención a las situaciones de hombres y mujeres y aparecen nuevas opiniones sobre la mujer, el matrimonio y el hogar, etcétera. Según la autora, estos cambios se debieron a la ruptura con la Iglesia católica y al reinado de una mujer que dio gran prestigio a la corona inglesa, entre otros factores.

Diferenciación biológica

Este es uno de los muchos temas de los que se ocupa la presente obra a resaltar por ser menos conocido que, por ejemplo, el movimiento sufragista.La autora se ocupa del origen biológico de la diferenciación sexual y sus posibles repercusiones en la vida social, en la personalidad de los individuos de cada sexo, así como en la inteligencia (recordemos con pavor el argumento, esgrimido por los antifeministas, de que la mujer tiene un cerebro menor que el del hombre y, por tanto, su inteligencia es menor).

Ann Oakley repasa temas tan sabidos por unos y tan ignorados por otros, con toda profusión de datos y estadísticas que, no obstante, no entorpecen la lectura de la obra total y contribuyen a darle un aire del que, desgraciadamente, carecen muchas obras acerca del feminismo. Si bien puede resultar a veces un poco difícil en lectura, podemos decir que supone una obra de consulta obligada para feministas y no feministas: los primeros podrán ver reflejados y avalados en sus páginas muchos de los argumentos que se esgrimen a favor de la emancipación de la mujer; los segundos se darán cuenta de muchos errores, falsos planteamientos, etcétera, de la cuestión. Todos podrán apreciar que el problema no es nada sencillo y que debemos trabajar juntos por encontrar una solución que, sin duda alguna, beneficiará a los dos sexos y, por ende, a la sociedad en general.