El diálogo Norte-Sur se perfila como eje de la próxima "cumbre" occidental
Europeos y americanos preparan cuidadosamente la «cumbre» de países occidentales industrializados que, el 7 y 8 de mayo, reunirá en Londres a los dirigentes de Estados Unidos, Japón, Canadá, Alemania Federal, Francia, Italia, Gran Bretaña y los presidentes del Consejo y la Comisión de la CEE.
Para conseguir resultados concretos, o por lo menos, orientaciones cara al futuro, todo depende de los preparativos. De ahí que las visitas entre Bruselas y Washington se multipliquen estos días, tanto en el cuadro de la CEE como de la OTAN. Hay que sumar a ello la clásica reunión semestral, esta vez en Bruselas, entre dirigentes de la CEE y de la Administración USA.Roy Jenkins, presidente de la Comisión Europea, concluye hoy su estancia en la capital federal. Una serie de entrevistas con los principales responsables de la Administración Carter hacen pensar que la «cumbre» de Londres centrará su atención en el «diálogo Norte-Sur».
La crisis energética que tanto USA como la CEE quieren frenar- no hallará solución con simples medidas de austeridad.
Las relaciones con los países productores de petróleo -que preparan otra subida de precios para el segundo semestre del año en curso- es el punto de mira de la reunión de mayo en Londres.
En la época de Kissinger fue imposible llegar a un «compromiso» USA/CEE de oferta del bloque industrial a los países productores de petróleo. La globalización del «diálogo Norte-Sur» es un diálogo, en definitiva, entre países ricos y países pobres, choca contra el dile ma de la estabilización de precios de materias primas, que los países industrial izados deberían garantizar a los países en vías de desarrollo.
La «cumbre» de Londres tendrá un solo lenguaje: la crisis económica y sus posibilidades de salida. Europeos y americanos, sin olvidar a los japoneses, pretenderán dar una respuesta común. Hay que esperar una activación, después de Londres, del «diálogo Norte-Sur», piedra angular de las futuras relaciones económicas internacionales.
Casi paralelamente a la visita de Jenkins a Estados Unidos, Jimmy Carter recibió también, con unos días de antelación, a Joseph Luns, secretario general de la OTAN.
Después de la «cumbre» económica del 7 y 8 de mayo, americanos y europeos prolongarán su «week-end» londinense, para tratar temas políticos y defensivos. Todo ello en el contexto del consejo ministerial de la OTAN, que el 10 y 11 se celebrará también en la capital británica.
Luns regresó a Bruselas con precisiones sobre un «plan Carter» de modernización de la OTAN. Al parecer, Jimmy Carter insistirá ante los «aliados» en la necesidad de estimular otros capítulos de la cooperación atlántica, además de los militares.
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