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Crítica:
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Los carlistas y sus guerras

La insospechada y fascinante evolución del carlismo en los últimos años hacía posiciones «autogestionarias» ha suscitado una ola de curiosidad en la opinión pública por esta singular corriente política, contradictoria en sus orígenes e interclasista en su militancia. Las raíces populares del movimiento carlista han sido esgrimidas últimamente por sus líderes como un componente esencial en el pasado, y una potencialidad en el futuro. Mal podría dudarse de semejantes raíces, sobre todo en las provincias vascas y en Navarra. Los historiadores liberales han otorgado muy poca importancia a la participación popular -de origen carlista en el levantamiento militar de 1936.Pero no en toda España el carlismo gozó de esta raigambre popular, ahora reivindicada. En Galicia, por ejemplo, «jamás fue un fenómeno de masas, y la negativa rotunda por parte del campesinado ante su llamada se tradujo en una falta alarmante de fuerza numérica de base, lo que condicionó y apoyo desde el principio su fracaso».

Castroviejo Bolibar, María Francisca:

Aproximación sociológica al carlismo gallego.Colección Arealonga. Akal Editor. Madrid, 1977. 223 páginas

Este descubrimiento -las raíces ultramontanas y elítistas del carlismo en Galicia- se debe a una joven historiadora, María Francisca Castroviejo Bolibar, prematuramente desaparecida. Su tesis de licenciatura en la Universidad de Barcelona, ahora publicada con el título de «Aproximacíón sociológica al carlismo gallego», podría constituir un verdadero hito en la investigación del siglo XIX gallego, que, además, es también la etapa de la historia de Galicia mejor estudiada. Hasta ahora, y pese a ser relativamente frecuentes también los estudios sobre el carlismo gallego nadíe se había atrevido a enunciar taxativamente estas hipótesis. Al contrario, se afirmaba que el movimiento carlista en Galicia había sido el resultado del descontento campesino y del cen tralismo agobiante. Según el libro que comento, ambas cosas son decididamente falsas.

María Francisca Castroviejo utilizó para su investigación un conjunto heterogéneo de documentos, propiedad del archivo familiar (el archivo Castroviejo-Blanco Cicerón, que posee considerables fondos). Pero la «aproximacíón sociológica» propiamente dicha se basa en el estudio de 215 causas procesales instruidas a otros tantos guerrilleros carlistas gallegos o a sus colaboradores. El análisis pormenorizado de estas causas demuestra que, al menos en Galicia, «el carlismo representó un carácter de respuesta por parte de los estamentos priviligiados del antiguo régimen contra los disturbios ocasionados por la acometida del liberalismo a las viejas sociedades agrarias», porque, «aunque fuera por simple instinto de conservación, el campesino.no podía tornar partido en Galicia a favor de una reinstauración inmovilísta». Claro que tampoco con el Estado liberal las cosas le s irían mejor a los campesinos gallegos. Pero eso, en aquel momento, no lo sospechaban.

Es muy probable que las brillantes intuiciones y las escogidas síntesis de María Francisca Castroviejo exijan una investigación más estricta. Pero, por ahora, sirven para desmitificar un tema histórico, corroído por las inquietudes actuales. Y, desde luego, para poner las cosas en su sitio.

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