El presidente de Egipto inicia su visita a Bonn

El primer resultado concreto del intento mediador de la República Federal de Alemania respecto del conflicto de Oriente Próximo es la visita a partir de hoy del presidente Anuar el Sadat, de Egipto, a la capital federal. El protocolo impide considerar que el jefe del Estado egipcio llega a Bonn para corresponder a la visita que hizo a El Cairo en febrero el ministro alemán de Asuntos Exteriores, Genscher. Por esta razón se ha presentado la llegada de Sadat como un viaje no protocolario de trabajo, un «encuentro de amigos».

Con todo, la República Federal de Alemania ha procurado que la entrevista que celebre el presidente árabe tenga un carácter trascendental. En la víspera, el Gobierno federal ha protestado «enérgicamente» ante el Gobierno de Israel contra la retención desde hace un año de dos súbditos alemanes acusados de perpetrar una acción armada contra un avión israelí.Brigitte Schutz y Thomas Reuter deberán comparecer en los próximos días ante un tribunal de Tel Aviv para responder del intento de secuestro de un avión en 1976, cuando se dirigía a Kenia. En los medios de prensa israelíes ha sorprendido la actitud de la nota de Bonn, cuyo contenido, según Tel Aviv, contradice el espíritu de armonía que ha caracterizado las relaciones entre los dos países.

En una conferencia de prensa, el canciller Smith ha dicho que la República Federal de Alemania puede garantizar al presidente Sadat que persigue la paz en Oriente Próximo, y para ello ofrece sus buenos oficios. Esta oferta explícita de mediación responde, según Smith, a un clima mucho más favorable que el de 1976, a un acuerdo pacífico en la orilla oriental del Mediterráneo.

En cuanto a los objetivos que persigue Sadat en su viaje a Bonn, en la capital federal se cuenta con una demanda de ayuda económica y de respaldo contra Israel, para obligar a este país a que devuelva los territorios ocupados desde 1967. Un caso concreto sería la reafirmación de la República Federal de la necesidad de que los palestinos participen en la conferencia de Ginebra sobre el conflicto de Oriente Próximo. En cuanto a un proyecto concreto a nivel económico, Sadat desea que Bonn entre a formar parte de «una especie de Plan Marshall» para Egipto, en el que pretende implicar a los países petroleros árabes, Estados Unidos, Francia y Japón. De todas formas, en Egipto parece que se pospone la constitución de este grupo de países, hasta ver el resultado de una conferencia prevista para mayo en la que examinarían sus posibilidades algunos de los países citados, el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, con vistas a un posible plan de ayuda a Egipto.

El interés de El Cairo en la asistencia de Bonn no es nuevo. Desde hace un tiempo, el ex ministro alemán de Finanzas, Alex Moeller, realiza en Egipto, por encargo del Gobierno de este país, un estudio sobre un plan de recuperación económica, a base del aprovechamiento intensivo de los recursos naturales de que dispone éste. En cuanto a la República Federal de Alemania, el interés se basa, fundamentalmente, en la capacidad de absorción de este país a efectos comerciales. Durante 1976, la citada República Arabe incrementó en un 36% sus importaciones de Alemania, hasta alcanzar el equivalente de casi 60.000 millones de pesetas, cifra que sitúa a la RFA en segundo puesto, tras Estados Unidos, en la lista de países proveedores de Egipto.