_
_
_
_
_

La nueva junta del Colegio de Licenciados pide la participación de todos

La candidatura electa del Colegio de Doctores y Licenciados de Madrid denominada «Por una nueva escuela pública» ha hecho un llamamiento a los votantes de la candidatura profesional, que resultó derrotada por un escaso margen de diferencia «para participar juntos en la defensa de los intereses profesionales y en la política educativa que la sociedad española necesita en estos momentos».Esta invitación al trabajo conjunto, expresada en un documento hecho público por la candidatura vencedora, ha coincidido con la toma de posesión de los candidatos electos y constitución de la nueva junta directiva.

En su primera declaración la nueva junta apoya al Consejo Nacional de Colegios de Doctores y Licenciados en la impugnación de las oposiciones de acceso a los cuerpos docentes y señala que éstas no son una solución. Denuncia igualmente las discriminaciones que, en opinión de la junta y de otros sectores profesionales de la enseñanza, se dan en el decreto de oposiciones.

Sobre el reciente decreto de normas laborales de la enseñanza su postura es también de rechazo, ya que se han aumentado las causas de despido y éstos -afectan principalmente a las empresas menos fuertes. La nueva junta denuncia también en este primer manifiesto público la especulación del suelo manifestada, sobre todo, en la venta de colegios, con la consiguiente pérdida de puestos escolares y encarecimiento de la enseñanza, la mala estructuración de los centros de COU y los despidos de profesores por motivos ideológicos.

El principal caballo de batalla a este respecto es el concepto de escuela pública. La nueva junta, que la defiende, manifiesta que no, quiere una escuela única, porque sería monopolística, totalitaria y manipuladora de las conciencias, ni tampoco estatal, por lo que tiene de burocrática, centralizada y de impedimento a las iniciativas valiosas de órganos no estatales. Escuela pública -afirman- es todo lo contrario: gestionada democráticamente, con participación de los trabajadores de la enseñanza, padres y alumnos, con unificación del proceso educativo, gratuita, sin discriminación por razón de sexo, pluralista, potenciadora de toda clase de actividad en horas extraescolares, con participación de todos los órganos públicos de las nacionalidades, regiones y localidades y, sobre todo, adaptada al medio.

Los defensores de la escuela pública niegan que en su programa figure la extinción de la escuela privada. «Lo que decimos es que nos oponemos a las subvenciones, esto es, a la apropiación privada de fondos públicos y que no soluciona la gratuidad -como saben los padres- y en tanto que existan exigimos el control de las mismas. »

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_