Manuel Falces
«No es la primera vez que una imagen me refresca un sueño en la memoria, pero sí la primera vez que me lo trae con tanta precisión. Podría ser una forma particular de soñar, pero creo que tiene mucho que ver con la de todos La bruma y la dulce vaguedad de las imágenes de Falces se imponen pujantes como reflejo de una apetitosa forma de ver...» (Jorge Rueda).Acercándonos a estas fotografías desde un campo como el de la pintura, difícilmente podremos establecer en qué momento hemos cruzado la frontera. Si algo resulta claro es que esas fronteras -si existen- son ya de otro tipo. Y desde luego que ya no se trata de describir los momentos en que la fotografía ha servido de apoyatura a un lenguaje puramenté pictórico o viceversa (así, por ejemplo, en el pop o en los rayogramas de Man Ray).
Manuel Falces
La Photogalería Plaza República Argentina, 2 Madrid.
Aun sin estar familiarizado con la Cocina del lenguaje fotográfico, me imagino que el problema es hoy bien distinto. Sobre todo en casos como éste en los que el fotógrafo no intenta reflejar una realidad exterior ni se relaciona con ella «documentalmente». El talante de muchos fotógrafos actuales empalma directamente con el espíritu surealista, con ese intento, como diría Eluard de «liberar la visión, por unir la imaginación y la naturaleza, por considerar real todo lo posible, por mostrarnos que no existe dualismo entre imaginación y realidad, que todo lo que el espíritu del hombre puede concebir y crear proviene de la misma vena, es de la misma vena, es de la misma materia que su carne, que su sangre, que el mundo que le rodea...».
No hay mirada más deseante que la del sueño. El problema de la pintura surrealista en muchas ocasiones fue el entender, de forma excesivamente simplificadora, que el inconsciente sólo producía sueños. De ahí la acentuación -tan cargante en ocasiones- del aspecto onírico y fantástico de sus obras. La técnica y el lenguaje fotográficos están demostrando mucha mayor facilidad para penetrar en este terreno. Sus realizaciones están sirviendo para reconciliarnos con la plasmación plástica de nuestros sueños.
Babelia
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