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El Parlamento italiano inicia hoy el debate sobre el escándalo Lockheed

La Cámara de Diputados y el Senado en pleno inician hoy el debate sobre el escándalo Lockheed-Novecientos cincuenta y tres parlamentarios, en funciones de jueces instructores, tendrán que decidir si dos ex ministros, el democristiano Luigi Gui y el socialdemócrata Mario Tanassi, y un total de nueve laicos entre secretarios, intermediarios y testaferros, serán juzgados o no por el Tribunal de Garantías Constitucionales, bajo la acusación de corrupción y estafa al Estado.Se cree que la sesión única parlamentaria se transformará en un maratón de ocho días, hasta el próximo 10, en que se votará. Por cada acusado se votará unas veinte veces, no mediante el sistema electrónico, inadecuado para estos casos, sino con el viejo método de bolas negras y blancas, en escrutinio secreto. El, banco del Gobierno estará vacío. Presidirá el pleno el comunista Pietro Ingrao, quien tendrá a su lado al presidente del Senado, Amintiore Fanfani, y a la jefa de la cancillería de la Cámara. Los principales acusados serán defendidos por dos hombres políticos de prestigio: Aldo Moro, presidente de la Democracia Cristiana, patriocinará a su correligionario Gui, y el ex presidente de la Repúblicia, Giuseppe Saragat, a Tanassi.

Ante este maratón parlamentario, la opinión pública se muestra escéptica, más bien convencida de que se trata más de un proceso político que jurídico. Los partidos, a los que el Gobierno de Andreotti habla logrado adormecer, han vuelto a altrincherarse en actitud de guerra. El Partido Socialista, el menos iniplicado en el asunto, y también el que más caro lo paga, ha reunido, incluso, a su directiva para tratar el asunto. Acusa a los comunistas de no abandonar la vieja idea leninista de partido, porque después de mostrarse favorables a no procesar a Rumor dejaron solos a socialistas y republicanos ante ta responsabilidad de tomar una decisión. La Democracia Cristiana. está también irritada, y hasta airada, por la actitud comunista, lo que perjudica la estrategia comunista del compromiso histórico. Los comunistas, a su vez, acusan a los democristianos de arrogancia y de olvidar la justicia por espíritu de parroquia.

Por ahora cualquier solución es posible. El senador Cesare Merzagora quiere una amnistía para los, delitos cometidos en materia de financiación de partidos. Se dice, además, que la ley que dio vida a la comisión inquisidora parlamentaria vulnera la Constitución. Los abogados de los llamados laicos creen, por su parte, que la posición de sus clientes, sobre todo la del general Fanali, no está suficientemente garantizada en este proceso parlamentario.

« Abunda también la intención de los que quieren romper la «nefasta continuidad de la impunidad como norma de vida y regla de gobierno de quien -así lo indica el socialista radical La Repubblica- católica y astutamente está convencido de que a las cuaresmas sigue sin falta la resurrección».

El debate parlamentario de estos días lo dirá. El corresponsal del citado diario en Estados Unidos asegura, paralelamente, que detrás del escándalo Lockheed estaría la mano de la CIA.

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