Tolerancia gubernativa en San Sebastián

En un ambiente de permisividad sin precedentes comenzó en Guipúzcoa la semana pro amnistía convocada por las gestoras de Euzkadi. Cincuenta y dos encierros con un balance de 9.000 personas, se produjeron en la noche del sábado al domingo, en 36 edificios municipales y dieciséis iglesias, diez de las cuales pertenecían a San Sebastián.

El tono pacífico de los actos que no se vio alterado por la intervención de las fuerzas del orden públicó produjo un ambiente de distensión que parece va a presidir toda esta semana en Guipúzcoa. El propio gobernador vivil, en audiencia con cuatro representantes de las gesto ras pro amnistía, ayer lunes, reconocería el grado de civismo que había caracterizado a este fin de semana.Mientras en los Ayuntamientos de Eibar y Elgóibar los encierros se habían producido durante el día del sábado, en los restantes municios se llevaron a cabo a lo largo de la noche. Con una media de 150 personas los encierros se llevaron a cabo en doce ayuntamientos.

Durante la noche serían leídos los comunicados que sobre la campaña de amnistía han realizado las gestoras de Euzkadi, y confeccionados nuevos manifiestos locales que tienen una base común: «El aceptar la negociación de la amnistía, supone desconocer la lucha que está protagonizando el pueblo de Euzkadi, y el resto de las nacionalidades, por conseguir la libertad de todos los presos políticos y el regreso de todos los exiliados.»

Las manifestaciones más numerosas se producirían en Vergara con 6.000 personas; 5.000 en Rentería, 3.500 en San Sebastián, 3.000 en Mondragón, Fuenterrabía, Hernani y Legazpia, y 2.000 en Zarauz y Oñate.

Durante la mañana del lunes, 44 gestoras provinciales, que suponen más de la mitad de los municipios guipuzcoanos, acudieron al Gobierno Civil a presentar sus estatutos para proceder a su legalización. Solicitaban también una audiencia con el gobernador, que recibio a cuatro representantes.

La entrevista se produjo en un ambiente de cordialidad y distensión y a lo largo de ella el señor Belloch Puig manifestaría su deseo de mantener este tono de permisividad en tanto le fuera permitido, puesto que si no lo pudiera mantener estaría dispuesto a dimitir.