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Coincidencia hispano-siria sobre el problema de Oriente Medio

, El ministro español de Asuntos Exteriores, Marcelino Oreja, inició ayer la etapa más difícil de su periplo árabe. Por la mañana llegó a Bagdad, procedente de Damasco, donde había tenido una excelente acogida, siendo recibido por el ministro de Asuntos Exteriores, el jefe del Gobierno y el presidente Assad. En Bagdad está prevista sólo una entrevista con los ministros de Negocios Extranjeros, Saadun Hamadi y de planificación, Adnan Al-Hamdani. El régimen socialista y arabista del Baas, sector izquierdista de Irak es muy celoso de las nociones de rango. Se esperaba que algunos de los problemas económicos y políticos pendientes entre España e Irak pudiesen ser puestos en vías de solución mediante contactos de las cumbres de los respectivos Gobiernos, pero el aplazamiento del viaje del presidente señor Suárez hace que la visita del señor Oreja sea una ocasión ceñida a mantener sesiones de trabajo.

En el terreno económico, el principal problema proviene de la existencia de una balanza de pagos totalmente desfavorable a España. Mientras importa por valor de quinientos millones de dólares, en productos iraquíes, España exporta a este país sólo por valor de cincuenta millones. El grueso de la partida importadora lo constituye, naturalmente, el petróleo. El Gobierno español busca reducir el déficit mediante el incremento de las exportaciones, que habían bajado después de la entrega de tres petroleros construidos por España. Se discute ahora la posibilidad de vender a Irak tres buques camaroneros, por valor de trescientos millones de pesetas cada uno. Los iraquíes son negociadores muy duros, y exigen un cumplimiento al pie de la letra de los contratos, a despecho de las alteraciones de los costos de producción.

El Gobierno español, por su parte, considera políticamente inexcusable el cumplimiento de lo exigido por los iraquies, por lo que en alguna ocasión se ha visto obligado, a través de los mecanismos de seguro oficial, a cubrir los fallos de determinadas empresas. Tal ha sido el caso de un ingenio de azúcar construido llave en mano por España, en Soleimania, y que después de grandes dificultades se halla en plena producción desde 1976.

España cree que el desequilibrio de la balanza de pagos, más el buen récord suyo en los negocios, le hacen titular de una facilitación de los términos de pago de la cuenta de petróleo, que, como es sabido, es de riguroso contado en la mayoría de los casos.

La actuación de los negocios españoles en Irak está sujeta a todas las dificultades que plagan la cooperación Norte-Sur, más, las presentadas por la lejanía. En algunos de los proyectos llevados a cabo ha habido que importar todo el material, a veces rodeando el cabo de Buena Esperanza, y siempre dando el giro a la península arábiga. Por todo ello se considera que las posibilidades de negocios se ciñen a algunos proyectos muy escogidos, como una planta química, en la que los iraquíes andan interesados.

En el terreno político, la visita a Irak puede tener un alcance distinto al de la efectuada por el ministro a Damasco, que se ha producido en unos términos de total coincidencia en los puntos de vista sobre el problema de Oriente Medio. Los sirios han expresado su agradecimiento por la realización de la visita del ministro, ya que no ha sido posible la del señor Suárez. Ven en los incidentes de los últimos días un intento de desestabilizar la situación española por intereses internacionales, noción ésta a la que los Estados de Oriente Medio son hipersensibles.

Los sirios no han planteado al señor Oreja la cuestión de pretendido reconocimiento español de Israel, porque parecen estar seguros de que no habrá tal sino mediante la aplicación de las resoluciones pertinentes de las Naciones Unidas. Han explicado a los españoles su idea de que la conferencia de Ginebra, sobre la cuestión palestina y la paz, debe ser conducida bajo la égida del secretario general de las Naciones Unidas, y no bajo la iniciativa de los representantes de las superpotencias

Intervención estabilizadora

España ha expresado su comprensión de este punto de vista, así como de los principios que han inspirado la intervención estabilizadora de Siria en el Líbano.

Una de las cuestiones políticas que España plantea en esta gira es su participación en el ya institucionalizado diálogo euro-árabe, al que tiene derecho por ser uno de los primeros países industriales de Europa occidental y futuro miembro de la Comunidad Europea.

El Gobierno iraquí se opone a la conferencia de Ginebra, por considerar que ésta se va a ceñir a discutir los intereses del pueblo palestino, tal como dice la resolución, y no. la defensa de sus derechos. «Nosotros apreciamos la posición del Gobierno español sobre la cuestión de los palestinos», declaró a EL PAIS un alto funcionario diplomático, «y esperamos que España mantenga esta posición tan honrada». Esta fuente señaló que en España se estaba ejerciendo algún tipo de presión para cambiar. la posición mantenida hasta ahora, pero que el Gobierno parecía decidido a mantener. «Rechazamos la resolución 242 -dijo este funcionario-, porque consagra el fait accompli, porque en ella no se nombra al pueblo palestino.»

Irak es un país que no está en la línea de batalla con Israel, y que se hall a, además, en un intenso plan de expansión económica, debido a los ingresos generados por el petróleo. Los países del frente de combate, Jordania, Siria y Egipto, se hallan en una situación económica imposible. Los tres van a mantener dentro de unos días una conferencia en la cumbre, preparatoria de la conferencia de Ginebra, a la que serán invitados, probablemente, los palestinos. Este es el terreno que el señor Oreja y su equipo, de visita aquí, quieren explorar para articular el diálogo España-Países Arabes-sobre sus bases más realistas y efectivas.

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