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Reportaje:1977, Año Internacional del Niño

La infancia, víctima del adulto

Lo más aterrador, hoy día cuando de niños se trata, nos viene dado por las referencias de las tremendas mortandades de pequeños víctimas del hambre, la miseria o la metralla, en países sumidos en períodos de guerra o de máximo subdesarrollo. Contra este gran mal, los países prepotentes del planeta -en gran medida causantes de esas desgracias- emprenden sistemáticas campañas de ayuda, paliativas en parte de esas tremendas plagas sin que a la postre, impidan qué aquellos niños sigan pereciendo a millares.Otros muchos problemas y males pesan sobre el mundo de la infancia, no sólo en lejanas y conflictivas latitudes.

Parece cada vez más claro que la causa es el desprecio secular del adulto hacia el niño. Tal desprecio o incomprensión sistemática de la verdadera realidad infantil está bastante generalizado y no desaparecerá por repartir unas cuantas tabletas de chocolate.

El mundo es tal como lo hacemos los adultos. Los adultos de cada hora son los niños de cada ayer. El deformante y traumatizante proceso de vida que el adulto obliga a seguir al niño hasta su transformación en adulto es la clave del círculo vicioso.

Persona diferente

Se considera cada vez con mayor fuerza la necesidad de revisar la relación adulto-niño como único medio salvador de la infancia y, en definitiva, de la Humanidad.

Esta revisión pone de manifiesto los numerosos fallos del adulto en su trato con el niño. Fallos que en gran medida. obedecen al olvido de que el niño no es un hombre pequeño sino una persona diferente.

En el tratamiento del niño como lo que es -un ser humano en estado muy primario y muy, evolutivo- se halla el punto de partida para la transformación de una sociedad que, este año de 1977. pretende ahondar en el problema.

El feto contestatario

Ya existen precedentes de niños contestatarios -no sólo a nivel individual, sino incluso de grupo-, pero si fuésemos capaces de entenderlos es probable que hallasemos signos de contestación y protesta en algunos fetos. Quiere decirse que ya en los primeros estadios de su vida el ser humano-niño no goza, por parte del adulto, de todos los cuidados necesarios y convenientes. Ya antes del parto, el adulto muestra para con el nuevo ser, con sus actos, cómo está más cerca del egoísmo que de la generosidad.

No se, tienen debidamente en cuenta las recomendaciones de médicos, psicólogos y pedagogos, cuando advierten de los peligros que para la óptima gestación del niño presentan los viajes o determinado tipo de alimentación. o las alteraciones de humor en la madre corno consecuencia de disgustos y discusiones u otros tipos de violencia. así como la relación afectiva que ya puede mantenerse a través de nuestros sistemas de intercomunicación sensoriales y hasta ultrasensoriales.

Guarderías inadecuadas

Continuando, de momento, con el orden cronológico como hilo conductor de esta síntesis. podemos detenernos en ese período en -el que el niño todavía no va a la escuela. Sin entrar en la problemática que plantean las circunstancias exigentes de guarderías infantiles y considerando tal necesidad como un hecho, ¿cómo son éstas?

Precisamente en una de las edades -hasta los seis años- en que el niño es más perceptivo y susceptible. ¿encuentra las guarderías adecuadas? Evidentemente, no. Ni en cantidad. ni en calidad. Y. precisamente, por la escasez, a las existentes se les permite cualquier tipo de estructura con tal de que sirvan de habitáculo donde soltar a los pequeños para que dejen libres a los adultos.

Locales, muchos de ellos. como pocilgas. Otros, con unas dotaciones didácticas primarias o muy elementales. Carentes en su mayoría de verdadero personal sanitario o de sistemas de comunicación urgente con centros médicos. En manos de un personal docente más o menos cualificado, pero desde luego no especialista en párvulos en todos los casos. Sin sujeción a un eficaz sistema de inspección académica. etcétera.

La escuela cerrada

Cuando el niño llega a la edad escolar es una persona que arrastra va tinos seis o siete años. por lo general de tratamiento represivo, incomprendido, insano y árido por parte del adulto.

Es en la escuela donde se empieza a advertir a los padres. con datos y referenclas más científicas que este niño es muy arisco, que ése es muy egoísta, que aquél es muy vago... A partir de ese momento, generalmente, lejos de analizar el por qué de tales características y corregirlas, a tales niños se les deja a su suerte porque son imposibles.

Tratar ahora de un estudio de nuestras habituales escuelas sería demasiado prolijo. Sólo merece la pena reseñar el criterio de que todavía podernos considerarlas como cerradas a cualquier soplo de aire renovador posible. Sufrentodavía considerables carencias de intención, estructura y personal en este sentido.

Por supuesto. hay que añadir la tremenda falta de escuelas en numerosas zonas de la geografía humana planetaria.

La calle es dura

En pocas cosas la Infancia rural puede aventajar a la infancia urbana en cuanto a disponibilidades de bienes de uso, tanto culturales como materiales. Sin embargo. tal vez en una cosa sí tiene más suerte: sus calles son más agradables. más humanizadas. menos duras. más en contacto con los elementos naturales.

Pero la gran masa de población infantil es urbana.

La calle urbana es dura. Contínuamente la opinión pública adulta hace llamadas de atención sobre la necesidad de espacios- verdes, lugares recreativos infantiles, para los niños en barriadas supercongestionadas de poblacíón vehículos y edificios-colmena. Es este uno de los puntos en que los adultos han tomado bandera defensiva de los niños, tal vez porque también a ellos les interesa. Se hace notar la peligrosidad del tráfico el ahogo de las aglomeraciones. la falta de espacio libre. Se pone al niño corno víctima y es cierto, aunque también lo es el adulto.

La calle es dura también por otras muchas cosas: los trazados y acondicionamientos varios están pensado; para los adultos, los locales comerciales están pensados para los adultos, los lugares de esparcimiento están pensados para los adultos ni siquiera las salas de proyección películas infantiles son salas especialmente diseñadas para niños y el lenguaje de la calle es un lenauaje de adultos...

En este apartado del lenguaje callejero hay que hacer especial hincapié en los mensajes publicitarios. El sometimiento del niño al efecto del bombardeo publicitario es mucho más indefenso que el del adulto.

Hogar, dulce y carcelario hogar

El hogar no siempre reúne las condiciones adecuadas para el desenvolvimiento del niño. En razón del espacio suelen abundar los hogares en los que tres y cuatro niños comparten una pequeña habitación. Los casos de chabolas marcan uno de los límites de este mundo de sufrimientos en que el frío y la falta de higiene agudizan la situación.

El ámbito del hogar suele ser para el niño el medio físico de una gran mavoría de sus 1 juegos, juegos no siempre aceptados por las personas que lo rodean en la casa: padres y hermanos y tíos y abuelas. generando ya tensiones especiales y juegos en los que inciden los elementos -juguetes- a utilizar la incidencia que plantea la problemática de los distintos tipos de juguetes.

La vida es juego para el niño y. en este sentido todavía faltan por perfeccionar muchos aspectos en este campo de la actividad infantil.

Dentro del hogar la televisión es para el niño uno de los canales de relación con el mundo exterior a él de mayor impacto. No todos los programas infantiles están hechos con criterios de auténtica formación infantil. Pero. peor que esto es el hecho de que el niño soporta otros numerosos programas que lógicamente no fueron preparados para él.

Del sexo a los correccionales

Además de, este mundo plagado de hostilidades que venimos presentando como entorno difícil del niño éste ha de sufrir otras gravísimas vejaciones y explotaciones. Malas orientaciones sexuales que terminan por producir casos de aberraciones en. las que pueden lleagar a ser víctimas o agentes, casos de explotación laboral; creecmiento del alcoholismo infantil; niños víctimas de un tráfico de compra-venta en el que su propia persona es el objeto de la mercancia; la infancia abocada a la delincuencia y la patente ineficacia de los correccionales infantiles...

Y cuando ya es adolescente y cuando ya es hombre. él hará lo mismo que hicieron con él.

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