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El País Vasco sigue pidiendo su propia Universidad

El vacío que en materia universitaria vive el País Vasco evidencia cómo la vieja aspiración de tener una Universidad, que ya preocupó seriamente a principios de siglo a la Sociedad de Estudios Vascos, ha sido constantemente interceptada por los organismos centrales del Estado español. Solamente tuvieron un germen, producto, naturalmente, de un especial momento político para Euzkadi: los pocos meses que tuvo vigencia el Estatuto de Autonomía del 37.

Ahora también parece más propicio el momento para conseguir que se escuche esta demanda cada día más fuerte de una Universidad vasca. Precisamente por eso se pedía su opinión sobre la Universidad a tres personalidades vascas -Caro Baroja, Luis Michelena y Ramón Martín Mateo- con larga experiencia académica, que hablaron en una mesa redonda celebrada en San Sebastián.Para Julio Caro Baroja, esta Universidad vasca debería formarse a partir de un profundo examen de todo lo malo que ha tenido la Universidad española de los últimos cuarenta años. Un ejemplo práctico y válido podría ser la creación de una sección de Letras que enriqueciera el hecho de la existencia de una lengua distinta en el país. También podría contribuir a desarrollar una historia social y económica. Destacó la importancia de dar a la enseñanza un carácter supranacional, con la participación de hombres que expliquen en idiomas distintos.

El rector de la Universidad de Bilbao, Ramón Martín Mateo, quien ha llegado recientemente al rectorado con un programa en el que incluía un decidido apoyo a la creación de la Universidad vasca, expresó su disponibilidad de gestionar la integración de Guipúzcoa en el distrito universitario de Bilbao, en lugar de mantener su dependencia del distrito de Valladolid. Esta es también una vieja aspiración que ha tenido su,expresión más reciente en la negativa de la facultad de Derecho de San Sebastián a enviar sus candidatos a la elección de rector de la Universidad de Valladolid.

El tercer ponente, Luis Michelena, insistió en la necesidad de que el país cuente con cierta autonomía en materia de enseñanza, por lo menos con su propio distrito universitario. Aceptó que la situación actual es la más favorable en los últimos años, por lo que habría que aprovecharla para conseguir una gran Universidad. «Si en situaciones como las que hemos vivido -diría-, han surgido ikastolas y liceos, es preciso ir luchando, con lo poco que vamos teniendo.» Respecto al problema de la lengua, manifestaría que no era puramente legal.

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