Presentación de los dos tomos de poemas de Gabriel Aresti
Está considerado como el mejor poeta en euskera contemporáneo
El día 5 de junio de 1975, con 42 años, fallecía en Bilbao Gabriel Aresti, poeta maldito para muchos aún hoy, para otros el mejor poeta vasco contemporáneo; para otros, y en opinión general, un hombre clave para comprender la historia del País Vasco. Por su personalidad política, por su aportación literaria y la trascendencia de su papel en la defensa de la lingüística vasca, Gabriel Aresti es hoy un hombre vivo, de pura actualidad en la cultura vasca que renace después de la época franquista.Ayer, en un hotel de Bilbao se presentaron al público los dos primeros tomos de las obras completas de Gabriel Aresti, editadas por Kriselu, la más importante editorial vasca en la actualidad. Es la primera vez que la obra del escritor bilbaíno es presentada editorialmente de forma tan completa. Los dos tomos que se lanzan ahora al mercado están dedicados exclusivamente a las poesías de Aresti. Pese a los esfuerzos del editor de los mismos, Luis Haramburu, en esta edición han quedado fuera varios poemas no publicables -en opinión del Ministerio de Información y Turismo- dedicados, por ejemplo, a la madre de Mendizabal, el miembro de ETA conocido como Txikia; a Sarasqueta, preso vasco en la cárcel de Burgos, o a Melitón Manzanas, inspector de policía temido, odiada y finalmente, asesinado por ETA.
Mucho se ha hablado de la personalidad de Gabriel Aresti, pero pocos parecen haberlo conocido a fondo. En líneas generales. los que lo hicieron le definen como un hombre contradictorio y conflictivo, conflicto que Parece reflejarse frecuentemente en su obra. Maestro industrial, trabajó durante muchos años como contable, antes de dedicarse a la poesía en euskera. Autodidacta, aprende esta lengua a los dieciocho años, con una vieja gramática, mientras practica con una portera vecina.
La faceta política de Gabriel Aresti dio y da aún, mucho que hablar. Lo que parece claro es que el escritor bilbaíno nunca formó parte de ningún grupo político determinado. Marxista convencido -según las personas que lo trataron íntimamente-, Aresti no llegó, sin embargo, a militar en ningún partido socialista o comunista. Amigo de nacionalistas vascos -como el padre Onaindía- y comunistas -el pintor Ibarrola, por ejemplo-, Gabriel Aresti tuvo e problema dé ser considerado como españolista por buena parte de los nacionalistas y de advenedizo por parte de sectores comunistas.
Lo que no logró en vida lo ha conseguido posteriormente. Hoy Aresti es un hombre respetado por toda la izquierda vasca, que lo ha asimilado en muchas ocasiones como estandarte cultural en sus largos años de lucha con el régimen de Franco.
Aunque Gabriel Aresti es fundamentalmente conocido como poeta lo largo de sus casi veinte años de actividad literaria escribió también novelas: Mundu mun duam (El mundo en el mundo) y cinco obras de teatro, entre ellas ETA gure eriotzeko orduan (Y en la hora de nuestra muerte) y Justicia Txistulari. Fue además el primer escritor vasco que tradujo al euskera, por ejemplo, a Bocaccio y Joyce, y a escritores contemporáneos del prestigio mundial de Bretch, Weiss o Elliot.
Pero Aresti es, antes que nada, poeta Sólo por la poesía dejó la contabilidad y se fue de la luz tenue de los escritorios al paisaje y al colorido de las raíces de la tierra vasca, a través de sus versos. Todo lo hizo partiendo de un enorme corazón de vasco responsable de la necesidad de dar a su pueblo sensibilidad, humanidad y una serie de pautas políticas y sociales que siempre caracterizaron al euskaldun. No es, por tanto, descabellado decir que Aresti utiliza la literatura para incidir en el pueblo vasco. La prueba clara es que en la actualidad muchos de sus poemas son populares y que una parte de ellos se han incorporado al acervo cultural vasco. Varios cantantes y grupos del País Vasco interpretan hoy canciones con textos de Aresti. El grupo bilbaíno Oskorri es el más empeñado en divulgar todo lo bueno y más desconocido de, la poesía del poeta. Precisamente ayer ofrecieron en Bilbao un recital de temas inspirados en lo mejor de Gabriel Aresti. Canciones que hasta hace pocos meses encontraron el estorbo de la censura y que hoy, poco a poco. comienzan a salir a la luz. Este grupo tiene en el mercado un LP con poemas de Aresti.
Tras una época simbolista, iniciada hacia el año 1954 con la publicación de sus primeros poemas en la revista Egan, Aresti irá progresivamente convirtiéndose en un poeta político porque sobre la personalidad, la sociedad y la realidad vasca de aquellos años están basados sus próximos versos. Una palabra clave que aparece en todos sus libros de poesía es harri (piedra); su mejor libro de poemas. según los críticos, también la lleva: Harri eta herri (Piedra v pueblo), libro considerado como una clave para comprender al pueblo vasco y para entender las contradicciones y la problemática de los últimos años.
Pero quizá el capítulo más importante en la trayectoria literaria y humana de Gabriel Aresti ha sido su decisivo papel en la defensa del euskera batua (unificado), por el que luchó a brazo partido con las corrientes aranistas (los puristas seguidores del líder nacionalista Sabino Arana) y ciertos sectores del clero vasco. Hoy puede decirse que, junto a Michelena, ha sido la primera autoridad de la lingüística vasca actual y uno de sus más importantes impulsores.
Defendió la unificación de los diferentes euskeras -con un alto número de variaciones por comarcas y provincias- y fue un seguidor del lingüista del siglo XVI Leizarraga, que, frente al purismo de su principal rival en aquella época, Axular, defendió la necesidad de que el euskera asumiera neologismos siguiendo una corriente generalizada en aquel siglo. Pensaba Leizarraga -que tradujo la Biblia de Calvino- que el lenguaje debía de abrir fronteras y adoptar palabras del latín vulgar, galicismos y otras acepciones. Las otras lenguas europeas realizaban una operación similar. Pero -decía Gabriel Aresti- que el euskera quedó constreñido y no llegó a abrirse a las lenguas europeas -con lo que hubiera ganado en riqueza- si Leizarraga no hubiera tomado finalmente la vía marcada por Axular Aresti se arrogó en vida el papel de continuador de la tendencia original de Leizarraga.
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