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Júbilo en el madrileño Barrio del Pilar

Poco después de las 9.30 de la mañana de ayer, los niños del colegio de San Idefonso cantaban el tercer premio gordo navideño de 1976, el 53.277, vendido íntegramente en Madrid y premiado con veinte millones de pesetas. Fue la Administración de Lotería 79, enclavada en la plaza de la Independencia y regentada por Luisa Sánchez, el centro donde el vendedor sevillano Juan Briones adquirió todas las series del número, que luego vendió en el barrio del Pilar en participaciones de cincuenta o cien pesetas.

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En el barrio del Pilar el júbilo era ayer grande. Cada peseta jugada resultó premiada con 2.000 y fueron muchos centenares de vecinos los gratificados por el tercer premio. De rechazo, parte del mismo regresó al barrio de Salamanca -donde originariamente el 53.277 había sido vendido-; Juan Briones cedió a su hermano Miguel casi 40.000 pesetas de lotería, que a su vez distribuyó entre los empleados de un centro de rehabilitación y un laboratorio de la calle de Conde de Aranda, así como entre varios bares de ClaudIo Coello y Lagasca.En la puerta del despacho de quinielas está congregado un grupo numeroso de vecinos, mujeres en su mayoría. Al llegar los periodistas les reciben hablando todos a la vez y pidiendo que les hagan fotos. Las frases de «a mí me han tocado 200.000 pesetas», «a mí 100.000», «todo el barrio ha cogido participaciones» «esto es un barrio de obreros y el premio ha estado muy repartido, como debe ser». se suceden sin interrupción. Se van perfilando datos más concretos. El vendedor se llama Juan Briones.Para no deambular por la calle, vendía participaciones dentro del despacho de quinielas. Lo normal es que cualquier cliente que se acercara al despacho se llevara una participación. Los más agraciados han sido él mismo, que se quedó con quinientas pesetas., ahora convertidas en un millón, y los que trabajan allí. El dueño. Francisco Maruni, de 42 años, madrileño, compró 2.300 pesetas.

El mismo nos dice que no sabe si le han tocado cuatroo cinco millones, porque a su vez repartió participaciones más pequeñas entre sus familiares y amigos. Una dependienta, Isabel María Lera ha ganado otro millón, y su cuñado, José, que también se quedó con quinientas pesetas, uno más. Felicidad y Angelines Rodríguez, dos muchachas jóvenes que ayudan en el despacho los viernes, día del cierre de las quinielas, se han llevado un millón y medio, que habían repartido a su vez en participaciones entre sus familiares.

En la casa del señor Briones, en la calle Ponferrada, 38, muy cerca del despacho, le encontramos cuando, un poco cansado, se marcha a dar un paseo con otros amigos. Con él está Isabel Lera, muy contenta: «Lo primiero que haré será comprarme un coche, en cuanto me saque el carnet.

Mientras, los grupos de vecinos se renuevan continuamente. A Gloria Sánchez le han tocado 400.000 pesetas, a Ildefonso Martín, 500.000, los empleados de la farmacia contigua tienen sus 200.000 cada uno. Teresa Cuevas y su marido reúnen 400.000. El señor Briones nos contó que tiene por costumbre coger las series completas, y que está muy contento con que el premio se haya repartido en, un barrio como el del Pilar.

Cuando nos marchamos, Manuel Jiménez. visitador del Banco Central, estaba en pleno trabajo, recomendando a la gente que ingresara los números en una agencia cercana.

En gran parte de los centros aledaños a la Administración número 79. la pesadumbre era notable durante la mañana de ayer, pues casi todos los jugadores de lotería de, las inmediaciones, donde se encuentran varias entidades bancarias y amplios comercios, compraron números de otras series no premiadas. Sin embargo, una parte importante del tercer premio regresó al barrio de Salamanca, en virtud de que el señor Briones cedió a su hermano Miguel unas 40.000 pesetas del número premiado.

Miguel Briones, portero de Conde de Aranda 22, distribuyó participaciones del 53.277 entre el Centro de Rehabilitación y Fisioterapia y un laboratorio, ambos instalados en la casa cuya portería ocupa, así como en varios bares de la zona, como el Villalba y El Patio, en la calle de Lagasca.

En el centro de rehabilitación, el botones José Inglés que jugaba quinientas pesetas, obtuvo un premio de un millón. Con la misma cantidad resultaron agraciados el electricista de la casa, Jesús Romero y la auxiliar de enfermera María Navajas. Por su parte, el doctor Martínez Gastey, que no quiso revelar la suma que percibirá tras ser premiado, regaló 50.000 pesetas entre cinco enfermeras y empleadas de la clínica. Tam.bién resultó premiada Eugenia Sotoca, portera de Conde de Aranda, 20, que jugaba con su hija una cifra que le supondrá 800.000 pesetas.

En cuanto al señor Briones y su mujer, se quedaron lotería suficiente como para percibir algo más, de medio millón de pesetas de premio.

Victoriano Redondo, propietario del bar El Patio -de la calle de Lagasca-, jugaba mil pesetas al número 53.277, lo cual le supondrá una suma de 600.000 pesetas, pues repartió setecientas entre sus clientes habituales. El agraciado es abulense, casado y padre de dos hijos.

Sevilla

Según informó Jesús Rodríguez, un vecino de la calle de Conde de Aranda, envió a Sevilla alrededor de 95.000 pesetas del número premiado, con lo cual. la capital hispalense se habría repartido una fracción sustanciosa del tercer premio del gordo de Navidad.

Se da el caso de que mientras Teresa González, empleada en la tienda de cosméticos Elizabeth Arden, situada en el número 4 de la plaza de la Independencia jugó cierta suma a un número que no resultó premiado adquirido en la Administración 79, una hermana suya, María González y su marido, Luis de la Cruz, adquirieron doscientas. pesetas del número premiado.

A su vez, Manuel de Miguel, regente de una juguetería que acaba de trasladarse de la calle de Serrano a la de Recoletos, manifestó haber comprado mil pesetas en lotería en la mencionada Administración, pero dijo que dejaría transcurrir algunas jornadas hasta descubrir si se trata del número premiado o no.

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