Lo popular en la religión

Cómo posibilitarla colaboración y presencia del pueblo en la Iglesia. La historia de la Iglesia debe ser una historia del pueblo y no sólo para el pueblo. Este objetivo persigue Luis Maldonado en su libro Religiosidad popular. Nostalgia de lo mágico. Una religión puramente burguesa, carente de sentido historico, había tachado cómoda mente de paganismo la matriz de lo popular. La llamada Teología crítica vivió por un cierto tiempo de dos distinciones peligrosas: una distinción entre fe y religión, como si el creyente fuera una existencia abstracta y no un ser histórico que narra los acontecimientos en que se identifica y articula simbólicamente sus experiencias. La segúnda distinción era entre Iglesia Popular o cristianismo de tradición e Iglesia por la que se decide uno libremente o cristianismo de elección.Una teología que no quiera caer en el vacío necesita de los símbolos, las narraciones y los recuerdos colectivos del pueblo en la Iglesia, necesita buscar nuevas síntesis entre fe y religión, entre profanidad y sacralidad. Sobre este horizonte se movía, hace siete años la llamada teología política de J. B. Metz. En una fase de superación autocrítica de Luis.Maldonado, que enseña pastoral en la Universidad pontificia de Salamanca, en su sección de Madrid. Las lecciones del joven teólogo que se ha formado en Insbruck con Carla Rahner parten de una descripción y clasificación de las fiestas religioso-populares españolas.

Sobre la materia de ritos y símbolos, cíclicos o esporádicos, cargados siempre de significado, intervienen a continuación las claves interpretativas de lo mágico, lo imaginario, lo místico, lo festivó, lo farsesco, lo teatral, lo comunal, lo político.

Maldonado quiere acarrear todo este material -y lo logra- para ponerlo a disposición de la especulación formal teológica. El esfuerzo da la sensación de que haga mas una historia de las ideas o incluso una historia de la cultura, entendida ésta como categoría general lotalizante, que no una historia de esas claves mismas hermenéuticas que surjan de la estructura profunda concreta de lo popular. Maldonado no oculta su objetivo específico final. que es regular reformándolo o no el culto cristiano. Es esta su tarea de liturgista y por tanto apostólica sin sentido peyorativo. Aunque a veces da la sensación de no haber asimilado muchas lecturas que provienen de otras experiencias.

En este sentido la meditación de Maldonado es un esfuerzo de aggiornamento de la teología académica española hacia el tema de la religiosidad popular. La nueva sensibilidad política, la crisis cultural de la civilización técnico-industrial. en polémica con el racionalismo de la ilustración hasta ahora imperante, la exigencia de una teología que no separe lo secular y lo político de la fe desnuda han incitado a Maldonado a buscar los cimientos interdisciplinares de la comprensión de lo popular no para dictar normas al pueblo. educarlo, corregirle.... sino para escucharle, y volver a descubrir en él valores que la cultura burguesa está por destruir si no ha destruido ya.