Estados Unidos debe relativizar sus objetivos morales
En un artículo que puede interpretarse como despedida de la política exterior, el secretario norteamericano de Estado, Henry Kissinger, advierte a sus compatriotas que deben aprender a compaginar lo mejor que se desea y lo que puede obtenerse.Kissinger, que dejará el cargo el próximo día 20 de enero, escribe en el último número de la revista Time que los norteamericanos han actuado generalmente como si la moral y lo práctico fueran compatibles para resolver los problemas.
«Los norteamericanos -escribe Kissinger- deben aprender la inevitable necesidad de relativizar nuestros objetivos morales en función de las opciones imperativas para alcanzar nuestras aspiraciones y de nuestros limitados recursos»
«La política exterior, como la vida, es un constante esfuerzo para alcanzar el debido equilibrio entre lo mejor que deseamos y lo más que podremos obtener, entre los objetivos y los medios a adoptar.»
«Como destacada democracia mundial -añade Kissinger-, es nuestra obligación garantizar la libertad del espíritu humano, pero nuestra responsabilidad nos impele a reconocer nuestros límites ... »
«Hay ocasiones -subraya- en que esforzarse en dar a otro país una lección moral puede socavar del mismo valor que tratamos de estimular ... Por ello debemos evitar la, elaboración de una doctrina de intervención universal.»
Kissinger señala tres tareas con las qué se enfrentan los Estados Unidos en el futuro: mantenimiento de la seguridad y de una paz justa, creación de «un orden internacional basado en la cooperación y en el beneficio general, y la defensa del derecho y la dignidad del hombre».
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.