Se elaborará un estatuto para Cataluña

Durante el día de ayer, el presidente del Gobierno, Adolfo Suárez, realizó una visita oficial a Barcelona, de unas diez horas de duración. El principal punto de interés fue la entrega al presidente Suárez de las conclusiones de la «Comisión para el Estudio del Régimen Especial de las cuatro provincias catalanas». En ellas se solicita la cooficialidad de la lengua catalana, la institucionalización de Cataluña mediante la creación de un consejo general que elaborará un estatuto y la creación de una mancomunidad de diputaciones de Cataluña.

No se produjo ninguna sorpresa al dar publicidad a las conclusiones de la «Comisión para el Estudio del Régimen Especial de las cuatro provincias catalanas». Por su parte, el presidente Suárez respondió, en el acto de entrega, siguiendo prácticamente punto por punto las citadas conclusiones, sin que hubiese matices ni contradicciones entre lo que afirmaba el presidente y lo que solicitaba la comisión ayer disuelta.La nota de mayor relieve -en opinión de numerosos observadores- fue el carácter preelectoral de las medidas anunciadas.perfectamente visible en numerosos apartados, ya que, en efecto, el futuro consejo General de Cataluña -del que formarán parte los diputados y senadores salidos de las próximas elecciones junto a representantes de las actuales diputaciones- tendrá un importante papel a jugar particularmente si se tiene en cuenta, como afirmó Suárez. que «se le encomendará la elaboración de un proyecto de estatuto de Cataluña».

Se trataría pues, por lo menos, en gran parte, de incitar a concurrir a las próximas elecciones a los partidos autonomistas, afirmando, ya desde ahora. la posibilidad de que las elecciones representen un paso importante no sólo en el terreno de las libertades generales, sino también en el de las específicas de Cataluña.

En todo caso, todos los compromisos, con ser importante se movieron en el terreno de los principios y su alcance puede ser muy variable en la práctica. tanto por exceso como -esta es la posibilidad, desde luego más temida-por defecto. Al respecto un observador citó una conocida frase de un político español decimonónico según la cual dejaría que la oposición hiciese las leves, siempre que se me permitiera redactar los reglamentos.

En este sentido las apreciaciones del presidente Suárez respecto a la cooficialidad de la lengua catalana no contienen afirmaciones tajantes, pero si algunos matices tales como la implantación de este princípio no es tarea fácil y «el Gobierno estima necesario que su implantación en el ámbito oficial y educativo debe ser gradual y progresivo, reflejando y animando la evolución natural del hecho idiomático».

Suárez también afirmó, siempre en el acto de entrega de las mencionadas conclusiones, que «la primera articulación operativa de la cooficialidad se podrá producir en las corporaciones locales, para sucesivamente ir estudiando su aplicación a otros sectores de la actividad oficial ».

No aludió, sin embargo, a la unánimemente criticada, por desafortunada y regresiva, ley sobre el uso de las lenguas regionales, la cual paradójicamente fue pensada como una ley de apertura ,pero en cambio, en base al vivo desconocimiento de la realidad catalana imperante en determinadas esferas, resultó ser un obvio paso atrás.

Respecto a la creación de una mancomunidad de diputaciones, el presidente Suárez citó «la gran labor que realizó la mancomunidad presidida inicialmente por Prat de la Riba».

Con relación al Consejo General de Cataluña, el presidente Suárez afirmó que el Estatuto de Cataluña cuva elaboración se la encomendará. deberá ser presentado a las Cortes «para que éstas, como representantes de todo el pueblo es pañol,adopten el acuerdo final ».

Adolfo Suárez se refirió en varias ocasiones al referéndum, del que dijo «ha sido algo más que el nacimiento de la esperanza de que es posible la democracia. Es además la oportunidad para que empecemos a contemplar con realismo, sin nostalgias ni temores innecesarios, los problemas más acuciantes de nuestro tiempo. Entre ellos, figura el regional. Y dentro de éste, evidentemente el de Cataluña».

Los asistentes al acto de entrega de las conclusiones de la citada comisión eran en su mayoría alcaldes de la provincia de Barcelona, quienes interrumpieron varias veces con aplausos al presidente del Gobierno. Sin embargol flotaba en el aire la sensación de que pese a que el parlamento de Adolfo Suárez podría ser un paso importante a nivel dé principios, se hubiera preferido alguna medida más concreta e inmediata.

El presidente Suárez termino diciendo, dirigiéndose al presidente de la comisión de estudio, al margen del texto escrito de su parlamento, que tal y como te habían solicitado, propondría al Rey que recibiera oficialmente a la comisión que daba ayer por concluidos sus trabajos.

En el curso de una recepción celebrada en el Gobierno Civil a últimas horas de anoche, poco antes de que emprendiese viaje de regreso a Madrid. el presidente del Gobierno sostuvo un breve e informal diálogo con varios periodistas. en tono de extrema cordialidad: «Preferiría que no publicaseis nada, pero ya sé que no me haréis caso», manifesto sonriendo.

Sobre el secuestro de Antonio María de Oriol y Urquijo, el presidente Suárez manifestó que la tan esperada liberación del secuestrado «sería beneficiosa para todos». Respecto a cuestiones más generales, entre las que se incluía una posible amnistía total, el presidente Suárez afirmó: «Este Gobierno sabe que tiene que hacer muchas cosas y espera poder hacerlas todas».

Un periodista le preguntó acerca de los contactos entre el Gobierno y el presidente de la Generalidad de Cataluña en el exilio. Josep Tarradellas. a lo que el presidente Suárez respondió: «De esto si que no voy a hablaros». Como alguien añadiese si había visto los comentarios aparecidos en la prensa sobre este particular. Suárez añadió: «Yo leo los periódicos, ya sé que decís muchas cosas... ».

En la recepción en el Gobierno Civil estaban presentes numerosos políticos catalanes, entre los que destacaban Jordi Pujol. Ramón Trías Fargas. Miquel Roca Yuñen. Antón Cañellas, Carlos Sentís. Joan Mas Cantí. Eduardo Tarragona. Santiago Udina y otros.