Las apariciones
Estos días aparece y desaparece gente. Santiago Carrillo se apareció la prensa y a sus fieles, en Madrid. La derecha ha criticado duramente esta vía parapsicológica al socialismo utilizada por Carrillo, cuando lo cierto es que ellos son los menos llamados a opinar, porque la derecha ha vivido siempre de milagro y de milagros, desde el apóstol Santiago en Las Navas de Tolosa hasta las apariciones a hora fija del Palmar de Troya, pasando por el brazo de Santa Teresa.Le he preguntado a Pitita, que sabe tela marinera de parapsicología y más allá:
-Vamos a ver, Pitita, tú crees que si Ramón Tamames, Azcárate y varios rojos más, con medio centenar de periodistas, se concentraran como un danone concentrado, pueden llegar a ver a Carrillo en cuerpo y alma?
-Yo no me meto en política.
O sea, que no sé. Pero mi teoría es que la izquierda tiene el mismo derecho a utilizar los recursos sobrenaturales que ha utilizado secularmente la derecha, usando y abusando de ellos, porque dice la conseja que a monseñor Escrivá se le aparecía Cristo en una pensión, y a García Morente en un tresillo, y esto no deja de ser una falta de respeto a Cristo y a los cristianos, ya que la Iglesia no se ha pronunciado. Por otra parte, en el Palmar de Troya hay apariciones programadas y la derecha no se rasga las vestiduras, entre otras cosas porque son de Ives Saint-Laurent.
Pero aún llevo más lejos mi razonamiento, que yo soy muy osado: si un santo del siglo XII, un suponer, puede aparecerse en un Palmar, ¿por qué don Santiago Carrillo, que es de este siglo, no puede aparecerse en un piso desalquilado? Me lo dijo Rilke aquel verano que pasamos en el castillo del Duino, que nos llevó el Frente de Juventudes, él enredando en sus Elegías, como ya tengo contado, que se presentaba al Adonais (le dieron un accésit) y yo haciendo marchas:
-Cuando un amor no se realiza a nivel humano, se sublima en amor divino.
Y me ponía el ejemplo de Regina Olsen, repudiada por Kierkegaard, y de la monja portuguesa María Alcoforado. O sea, que como a Santiago Carrillo no le han dejado realizarse políticamente a nivel humano, mediante un pasaporte, está sublimándose a nivel sobrehumano mediante apariciones para psicológicas ante los suyos, con los chicos de la prensa como evangelistas.
Es lo que le ha pasado en general al PC. Que al haberle condenado al no-ser, se ha convertido en el ser absoluto, en la obsesión, en el mito, el tabú, el tótem y el todo. Por eso lo democrático y lo racional es reconocer cosas tan conocidas y legalizar todo lo legalizable, para que los santos se bajen de sus peanas, los rojos de sus carros de fuego y el vidente Clemente de su Palmar.
Todos los días recibo cartas de los maestros de toda España por una crónica que escribí adhiriéndome a su huelga. Los pacientes y mal pagados maestros de mi infancia me enseñaron a sumar los ángulos de un triángulo, y por eso soy racionalista y creo más en la geometría que en la parapsicología, pero cuando a unos señores tan racionalistas, materialistas y terrenos como los rojos se les niega la razón; la materia y la tierra, es natural que recurran a las apariciones milagrosas y subitáneas. (Esto de subitáneo es una manera impactante y eficaz que se inventó Ortega para decir súbito.)
Parecía que habíamos empezado bien, hombre, esto de la larga marcha hacia la democracia, pero la televisión y la campaña pro referéndum ha elegido una vez más al irracionalismo, la orgía perpetua y el caos. El propio Arespacochaga dicen que ha dicho que la salvación de Madrid está en el caos -aunque luego él lo ha desmentido-, y para una mesa electoral ha sido designado un muerto. Empieza otra vez la danza macabra, el bolero de Ravel, la espléndida y áspera España, título de un libro francés que Antonio Alvarez-Solís me recomienda mucho: Te lo tengo que dejar, Paco. Pues que sea pronto, porque España está cada día más áspera y menos espléndida.
Se aparece y desaparece la gente, ya digo. Es el fondo de aquelarre que llevamos en la raza. En muchos siglos de Historia, sólo la derecha había lucrado apariciones salvíficas en este país. Por, fin, ahora también a la izquierda empiezan a aparecérsele cosas. Carrillo ha hecho dos pasadas de ectoplasma por Madrid: una en un coche y otra en un piso. El Gobierno tiene que elegir entre un Carrillo con cara y pasaporte o un Carrillo con cara de Bélmez.
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