Andreotti busca respaldo económico en Estados Unidos
El primer ministro italiano, Giulio Andreotti, se encuentra de visita oficial en Estados Unidos. Partió el domingo pasado de Roma en un avión de línea, durmió, en Nueva York y ayer, lunes, se entrevistó en Washington con el presidente, Gerald Ford; almorzó con el secretario de Estado, Kissinger, y fue agasajado por la noche en la Casa Blanca.
Demasiado tarde para Ford, demasiado pronto para Carter, se dice de esta visita. Andreotti no se hace ilusiones. No hablará con Carter, pero es probable que no retorne a Italia sin verse con el futuro vicepresidente, Walter Mondale. Es seguro que discutirá el caso italiano con los colaboradores más inmediatos del futuro presidente norteamericano y con centros de estudios muy cercanos a Carter, como el Council of Foreign Relations, de Nueva York, Y el Brookings Institut, de Washington.Dos son los problemas más importantes de la agenda de Andreotti: la situación económica y una posible participación de los comunistas en el poder. Es casi seguro que Andreotti obtendrá los 530 millones de dólares que Italia ha pedido prestados al Fondo Monetario Internacional. Ese préstamo, que desde hace un año el FMI no se atreve a firmar, abrirá el camino a otros préstamos privados. Los hombres de negocios americanos saben muy bien que en una fase de crisis y transición económica la financiación unilateral o la ayuda a fondo perdido son instrumentos pasados de moda. No se asustan de la cooperación de los comunistas italianos, a condición de que se tenga garantía de que se tratará sólo de cooperación. A la vez, les interesa sobre todo que Italia reduzca el sobreimpuesto sobre operaciones import-export, y que equilibre su balanza de pagos y contenga la tasa de inflación.
Problema fundamental en la ya grave situación económica es el posible aumento del precio del petróleo en un 10%. Países como Alemania occidental, Suiza o Estados Unidos pueden soportarlo, pero para Italia sería un desastre más dentro del desastre. Es muy probable que Andreotti se limite a decir: «Démonos una mano mutuamente, pues de otro modo no sacaremos nada.»
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.