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Sesenta y ocho toros pueden ir al matadero o lidiarse pasados de edad

Alrededor de 68 toros tiene actualmente en su finca de Jerez, Fermín Bohórquez -28 de ellos con cuatro años pasados y de excelente trapío, al decir del propio ganadero-, todos los cuales es muy probable que no puedan saltar a un ruedo en el plazo de dos años, lo que supondría al criador un serio problema.

Como es sabido, Bohórquez ha sido inhabilitado para dos años por parte de la Junta Nacional de Criadores de Lidia, a cuya agrupación pertenece, como consecuencia de haberse comprobado que toros de dicho hierro, lidiados en Dax, tenían falseado el guarismo correspondiente al año de su nacimiento.Bohórquez exterioriza su disgusto y manifiesta que no está de acuerdo en absoluto con la sanción, por no considerarse culpable:

-Yo vendí mis toros, con su número y sin ningún falseamiento. Si después se produjo, eso es lo que hay que investigar: cómo y por quién fue hecho.

-Pero el mayoral, que siempre acompaña a las reses, habría advertido cualquier manipulación.

-Eso es lo malo: que el mayoral tuvo que irse a Gijón, mientras el ganado lo desembarcaban en Dax. Llegó a esta ciudad el mayoral tres días antes de la corrida y entonces notó algo raro en la gente, en la autoridad y todo eso... Le decían medias palabras. Y luego, el mismo día de la corrida, esto hay. Y él: «Pero bueno, quién habría podido hacer eso?». Pero lo más grande del caso es que los toros, que venían diciendo eran antirreglamentarios, se lidiaron, con la plaza llena,hubo ni una protesta, se divirtió el público. O sea, que primero los ven manipulados, luego los dan por buenos porque hay una taquilla importante, y al final otra vez no valen. Es muy raro todo ¿no?.

Pues sí: es raro eso, y que el mayoral se marchara a Gijón mientras los toros viajaban a Dax.

Los abogados de Bohórquez van a presentar recurso ante la decisión de la junta -tienen un mes de plazo para ello- y naturalmente el ganadero se declarará inocente. Y quiza algo más.

-No tiraré de la manta, pues no soy de esa condición aunque es verdad que en el seno de la agrupación de ganaderos se han producido otras sanciones, algunas parecidas a la de ahora, y no se les dio publicidad. Lucharé como pueda por demostrar m¡ inocencia, eso sí, y acatará el resultado final, sea cual fuere, porque soy de los que piensan que la ley ha de existir y debe cumplirse.

Pero en el supuesto de que ta resultado ratifique la inhabilitación efectiva ahí permanecen esos toros, que dentro de dos años estarán cercanos a los siete de edad y a ver qué torero será capaz de ponerse delante.

-Bueno, en realidad -nos dice Bohórquez- aún no me he planteado este problema. pero, desde luego, algo habrá que hacer. ¿Al matadero dice? Es un crimen seleccionar bravura y criar con mimo reses de lidia, para que acaben valiendo sólo como carne. ¿Vender los toros? ¡Esperar? No sé, no sé. Cuando llegue el caso, ya decidiré. Es molesto todo esto que ha sucedido... De cualquier manera, como el acuerdo de la junta no es ejecutivo hasta que se hayan resuelto los recursos, tengo tiempo de dar salida a toros y novillos. Ya veremos en qué queda todo.

El asunto, bien se ve, es grave. En la junta llegó a proponerse no ya la inhabilitación, sino la expulsión. Forman la junta el conde de Mayalde, presidente; José Antonio Hernández, vicepresidente García-Aleas, secretario, y los vocales Alvaro Domecq, Santos Galache, Pablo Romero, Juan Mari Pérez Tabernero, Murube, Sánchez Rico y Victorino Martín. Diez hombres justos, claro.

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