Un escritor maldito

La obra de Isaac Bábel es breve, pero se la podría calificar de sólida y penetrante. Ni siquiera la caída en desgracia y la desaparición de,1 ámbito editorial en su país lograron convertirle en un desconocido. Antes de este momento habían corrido por España publicaciones fragmentarias de lo. más notorio de su obra. Con Caballería roja (1) y con, Cuentos de Odesá (2) colecciones de relatos aparecidas ambas no hace, mucho ,tiempo, contábamos con la casi totalidad de sus escritos, que ahora, una nueva colección, Debes saberlo todo, viene a completar.No hay en ellos un Bábel superior al ya conocido, pero sí relatos dignos de los mejores salidos de su pluma. Su recopilación es resultado de una ardua labor investigadora. Proceden de revistas locales, sólo hallables en alguna hemeroteca, no recogidos, en algún caso, en la edición de 1957 o en alguna revista de fecha posterior.

Su ordenación, con arreglo a la cronología, es decir, al propio caminar creador del narrador, nos ayuda a perfilar su silueta de escritor y aun sus cualidades humanas. Bábel sólo escribió -salvo la excepción a que ahora aludimos- de -cosas vistas. El título de este libro, anécdota de la infancia, podría ser lema de una y otra: la curiosidad es la fuente básica del escritor; debe preocuparse por todo, tratar de calar en todo. De ese modo se han logrado esas breves escenas, recortadas anécdotas, no ya rebanadas, sino migajas de vida, que constituyen cada uno de sus relatos. Cada ciclo, en conjunto, recompone una atmósfera y una moviente comunidad: la de la casa en la que transcurre la infancia, la de los días de Odesa, o la máxima en contrastes, la de la Caballería Roja de Budienny. Bábel viajó por el mundo en que le tocó vivir, con su mental aparato recogedor de instantáneas -o si se quiere su cuadernito o diario- captando cuanto pasaba ante susceptibles de ser trascendido a materia novelable. (Lo sorprendente es la pequeñísima diferencia, en algún caso, entre las notas del diario y el cuento ya elaborado. Más que de la mano del escritor habría que hablar de sus ojos o de su mente.)

La excepción a que aludimos son los cuentos sobre la guerra europea nacidos de la lectura de textos franceses de testigos. Es como un paso hacia el futuro, como un nacimiento del tema, que habría de buscar poco después acompañando a los jinetes cosa del legendario Budienny. Podría considerarse toda la obra de Bábel una autobiografía. Pero una autobiografía de alguien que ha vivido como en novela. Y que, sin embargo lo ha hecho de un modo cumplidamente humano. Razón por la que la guerra y la revolución pasan -como en el himno de Budienny- sin ocultarnos la inevitable condición hu mana, tierna o violenta, de sus protagonistas.

Bábel admiraba a Chejov. Sintió atracción hacia Maupassant. Sintió en algún momento tentaciones formalistas que supo dejar al borde del camino. Superó a sus maestros en llegar a lo pequeño o lo instrascendente para otros ojos. Campesinos, judíos, soldados de la caballería roja, un aprendiz de escritor, bandoleros, prostitutas, pueblan estos veinticinco relatos, visiones de un realismo al que se ha añadido el calificativo de «humano». Resultado de la mirada comprensiva del escritor, capaz de entender debilidades y violencias, de captar lo tierno como lo brutal. De lograr una sencillez sólo resultado de abarcar la complejidad del mundo y de los hombres.

La edición preparada por la hija del escritor, Nathalie Bábel, recoge textos no frecuentes en las ediciones en libro, e incluso aún inéditos en la Unión Soviética. El cariño y el cuidado metódico han confluido en una interesante colección de relatos de uno de los mejores escritores del período revolucionario ruso. Se añaden al texto, para guía del lector, un coloquio celebrado en 1937 en Moscú (no publicado hasta 1964) y unas emotivas y valorativas palabras de llya Ehremburg.

(1) Barral Editores

(2) Afianza Editorial. El libro de bolsillo 376.