Preocupa a Europa la subida del petróleo

(Viene de la primera página)Valery Giscard d'Estaing (Francia), único jefe de Estado de la Europa comunitaria, llegó el último -como obliga el protocolo- al centro de reuniones. Le habían precedido los primeros ministros Callaghan (Gran Bretaña), Schrnidt (Alemania Federal), Tindemans (Bélgica), Thorn (Luxemburgo), Cosgrave (Irlanda), Jorgensen (Dinamarca) y Andreotti (Italia). Todos fueron recibidos por Den Uyl (Holanda), en su calidad presidente en funciones del Consejo Europeo.

Después de pasar revista a un cuadro bastante sombrio de la realidad socio-económica de la CEE (más de cinco millones de parados, déficit de balanza de pagos de casi 7.000 millones de dólares para 1976, inflación.media superior al 10 %), cada jefe de delegación aportó sus ideas sobre la crisis económica.

Valery Giscard d'Estaing, se pronunció por la necesidad urgente de crear una política común energética. Propuso un programa común de importaciones de petróleo, limitado a un«techo» en valor. De esta forma, según Francia, los países productores sabrían de antemano las garantías de compra por parte de países productores.

Giscard pidió también «moderación» a los países que más comercian con la CEE para que hagan prueba de prudencia en sus exportaciones. Se refería a Estados Unidos y Japón. .

Para el canciller alemán, Helmut Schmidt, está claro que los países de la CEE no pueden soportar un nuevo aumento del precio del petróleo y mantener sus programas de ayuda al Tercer Mundo. Es la tesis de la caridad o de la justicia social... Schmidt, considerado en la CEE como hombre próximo a las ideas de Washington, quitó importancia al diálogo «Norte-Sur». Según él debería ser foro para tratar exclusivamente los capítulos de deudas entre países desarrollados y países en vías de desarrollo, pues para lo demás existen otras organiz.aciones. UNCTAD, para matenas primas; FMI, para asuntos monetarios,y GATT para temas comerciales :

Andreotti, representante en La Haya de una Italia con enormes dificultades económicas dijo que un simple aumento del 1 % del precio del petróleo, sería catastrófico para la economía italiana. Se pronunció a favor de un retraso de la Conferencia sobre la Cooperación Económica Internacional (diálogo «Norte-Sur») que debería, tener lugar el 15 de diciembre en París, hasta marzo o abril de 1977. Pidió un retraso de seis meses a los países de la OPEP antes de subir el precio del «oro negro».

Callaghan, primer ministro británico, mantuvo una posición intermedia entre París y Bonn. Hay que ayudar al Tercer Mundo para limitar los aumentos periódicos del precio energético. Fue menos entusiasta que el resto en el tema, no en vano dirige un país en crisis, pero con la única producción de petróleo de toda la CEE.

El dilema del encuentro de La Haya es saber si el martes por la noche los nueve sacarán a la uz pública un acuerdo con puntos claros de cooperación económica entre la CEE y los países en vías de desarrollo (deuda exterior de los más pobres, ofertas CEE en el diálogo «Norte-Sur.», política energética, diálogo «euro-árabe») o si publicarán uno de los típicos comunicados finales, de contenido abstracto e inconcreto.

Informe Tindemans

A nivel político el Consejo Europeo debería pronunciarse sobre el futuro del informe sobre la Unión Europea, que los nueve encargaron en 1974 al primer ministro belga, Leo tindemans.

El denominado «informe Tindemans» no ha superado nunca el estadio de las discusiones académicas. ¿Para qué hablar de una «unión europea» a escala política, cuan do cada país sigue posturas divergentes para superar la crisis?

Los jefes de Estado o,de Gobierno deberían también aprobar la fista de políticos que a partir del 1 de enero, dirigirán la nueva Comisión Europea y que estará presidida por el laborista británico Roy Jenkins.