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El director de la CIA anuncia su dimisión

George Bush, el hombre que a duras penas consiguió devolver a la inteligencia norteamericana parte del prestigio perdido, anunció ayer que abandonará la dirección de la CIA cuando Jimmy Carter asuma el poder, el 20 de enero del próximo año.

Su dimisión supondrá el tercer cambio en la dirección de la CIA en un plazo de menos de dos años y provocará fuertes reacciones en los servicios de inteligencia, que en el pasado criticaron el hecho de que tan frecuentes relevos estuviesen motivados por cuestiones políticas y no estrictamente profesionales.Bush, ex presidente del comité nacional del Partido Republicano, que llegó a la dirección de la CIA en enero de este año, añadió al comunicar su irrevocable dimisión, que está dispuesto a prestar «una ayuda total» al presidente electo durante el período de transición.

Carter y Bush se entrevistaron la semana pasada, para iniciar una serie de contactos que revelarán al presidente electo los pormenores de los servicios de inteligencia. En aquella ocasión, Bush dijo que su futuro no se discutió en las conversaciones, que se centraron en cuestiones «muy delicadas» referentes a la inteligencia y la seguridad nacional.

Bush, de 52 años, llegó a la dirección de la CIA tras ocupar la jefatura de la oficina de enlace que Estados Uñidos mantienen en Pekín, en la práctica una embajada oficiosa, aunque Estados Unidos y China no mantienen relaciones diplomáticas plenas.

Su antecesor al frente de los servicios de inteligencia fue William Colby, que dirigió la CIA durante el turbulento período de 1975, cuando el Congreso comenzó a investigar los abusos del espionaje norteamericano, entre los que se incluían sensacionales complots contra líderes extranjeros.

Bajo la dirección de Bush, la CIA recuperó su reputación e inició una etapa de relativa apertura a la opinión pública y de mayor colaboración con el Congreso, que con sus comités especiales investigó y descubrió sus actividades clandestinas durante las últimas décadas.

Carter nunca atacó personalmente la labor de Bush, quien, sin embargo, parece decidido a dimitir más por su vinculación al Partido Republicano que por su gestión al frente de la CIA.

Amigo personal del presidente Gerald Ford, Bush fue uno de los nombres que se mencionó como posible candidato a la vicepresidencia por el Partido Republicano.

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