María-Astrid,
princesa de Luxemburgo, no está perdidamente enamorada del príncipe heredero británico. La recíproca también es cierta, es decir, el príncipe Carlos de Inglaterra tampoco está enamorado de la princesa María-Astrid de Luxemburgo. Todo ello causará el desconsuelo de los lectores de revistas del corazón y de los luxemburgueses, que soñaban con la unión, vía monárquica, entre el pequeño ducado y Gran Bretaña. El portavoz del Gobierno luxemburgués desmintió la existencia del rumoreado noviazgo. Algunos diarios británicos incluso habían asegurado que la próxima visita que efectuará la reina Isabel de Inglaterra a Luxemburgo tenía como fin la petición de la mano de María-Astrid para su hijo. Pero, qué se le va a hacer no hay nada de eso.
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