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Inquietud en Bonn ante la "concentración de poder" en la RD alemana

La noticia de las modificaciones substanciales efectuadas en el Gobierno de la República Democrática alemana con la concentración de poder en manos de Erich Honecker ha producido sorpresa e inquietud en los medios oficiales y periodísticos de la República Federal de Alemania.

Si bien hasta el momento todavía no se han hecho declaraciones por parte del Gobierno en tomo de los cambios que suponen la postergación de Horst Sindermann y la revalorización del papel de Willy Stoph, ha habido algunos, comentarios de portavoces de los principales partidos políticos representados en el Bundestag, que muestran claramente la preocupación de Bonn. Según Konrad Porzner, gerente parlamentario del SPD, en la RDA se ha producido lo que ya se conocía de otras dictaduras comunistas, o sea, la concentración de poder en una sola persona. El jefe parlamentario de la CDU/CSU, Gerhard Reddemann, fue más explícito al señalar que los acontecimientos del viernes pasado en la RDA demostraban que en Alemania Oriental los representantes de un rumbo duro habían vuelto a hacerse con todo el poder.Según Reddernann, la República Federal solo puede esperar un empeoramiento de las relaciones interalemanas de un dúo Honecker-Stoph. En un editorial del Frankfurter Allgemeine Zeitung, diario liberal-conservador, se sustenta la tesis de que el pueblo de la RDA, sacará la conclusión de que el partido ha procedido en la esfera estatal, en primer lugar en lo que atañe a la política económica, a un cambio de rumbo. En opinión del editorialista del Sueddeutsche Zeitung, de Munich, el gran diario liberal de la capital bávara, la verdadera sorpresa del «revirement» es la vuelta de Willi Stoph a la presidencia del Consejo de Estado, mientras que el hasta ahora jefe de Gobierno pasaba al cargo, comparativamente insignificante, de presidente de la Cámara Popular. Al igual que otros comentaristas, también el editorialista del diario de Munich, considera que la modificación gubernamental del diario de Munich, considera que la modificación gubernamental en la RDA podría significar un endurecimiento de la línea política del Berlín este, ya que Stoph ha defendido en los últimos tiempos un rumbo más duro, tanto en política interior como exterior, mientras que

Si se piensa en los crecientes problemas políticos internos, como el alud de solicitudes de emigración, podría verse aquí la llave para la comprensión de los cambios. En este sentido, más o menos, se expresan también otros comentaristas, si bien en todos los artículos publicados hasta hoy, predomina cierta incredulidad y desconcierto. Generalmente se partía de la convicción de que la RDA estaba necesitada en la presidencia del Estado de un hombre como Horst Sindermann, cuyas cualidades como experto en materia económica nadie había puesto en duda hasta el presente. Si se tienen en cuenta las dificultades económicas del Berlín oriental, el paso a un segundo plano de Sindermann, de hecho no parece claramente comprensible.

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