En 1990 se necesitará saneamiento para 6.285.000 habitantes
Si miramos detenidamente el plano de Madrid, tal como es la ciudad actual y pensando en cómo puede ser en el futuro, vemos que la eliminación de sus residuos se ha de producir, necesariamente, hacia dos ríos: el Manzanares y el Jarama, el primero de los cuales se ve absolutamente saturado y desbordado en cuanto a sus posibilidades de autodepuración.El Manzanares, que antiguamente partía en dos la ciudad y hoy ha quedado, en virtud del crecimiento de la ciudad, orientado hacia su parte este, recibe, en la actualidad, la totalidad de las aguas residuales de la urbe que sufren algún proceso de depuración, insuficiente a todas luces para poder llegar a mantener una mínima salubridad del río, cuando menos para que en él puedan vivir peces. Las depuradoras de El Pardo, Viveros de la Villa, La China, Butarque y Manoteras -Zoo sólo funciona para uso interno del mismo y Rejas lo hace en cortos espacios de tiempo- sirven a una población calculada en 1.435.000 habitantes -aún contando con Rejas-. Si pensamos en que la población actual de Madrid es de cuatro millones de habitantes, nos encontramos con que las aguas residuales de 2.565.000 habitantes se vierten directamente al río, sin que sufran proceso de depuración alguno. Y de la contaminación del Tajo, a través del Jarama, se han llegado ya a quejar más allá de la frontera con Portugal, según reconoció un alto cargo del Ministerio de Obras Públicas hace algunos meses.
Por otro lado, se hace necesario que a la correspondiente depuradora lleguen unos colectores, para que aquélla tenga con qué nutrir sus posibilidades depuradoras. Sin embargo, los colectores que hoy existen en Madrid no son suficientes en la mayoría de los casos, y si lo son, no terminan precisamente en una depuradora, sino, simple y llanamente, en el río. Esto ocurre, por ejemplo, con la práctica totalidad de los colectores de la margen derecha del Manzanares -excepción hecha del colector de Butarque- y, además, con los de Pradolongo, San Fermín, Villaverde, El Plantío y el aliviadero de San Fernando, correspondiente al colector del Fresno, eternamente pendiente de autorización para la servidumbre de paso por debajo del Club de Campo para que pueda ser suficiente.
A esta situación referida a los colectores de Madrid, hemos de añadir la existencia de unos canales que, sin llegar a ser colectores propiamente, no pasan de ser meros arroyos a cielo abierto. Son los casos de la Gavia, de Los Migueles o de Valdebebas. Sólo entre los tres vierten directamente al río, sin depuración ninguna, dos metros cúbicos por segundo. A ellos habría que añadir las aguas residuales que provienen de los aliviaderos de los colectores ya construidos que llevan un volumen de agua superior al que pueden recibir los colectores hoy en funcionamiento.
Desde el año 1939 la ciudad se ha visto desbordada en sus propias previsiones y las realizaciones que en el terreno del saneamiento se han hecho no han servido para absorber el aumento de población de Madrid y, consecuentemente, el aumento del volumen de sus aguas residuales.
El Ayuntamiento de Madrid se propone llevar a cabo un programa de inversiones, en los próximos años, que conduzca a que, en el 1990, se depure totalmente el agua residual de una población de 6.285.000 habitantes.
Una primera fase de este programa consistiría en la ampliación de la depuradora de La China, que pasaría de depurar 2,8 m³/seg. a los 5 m³/seg.; el doblamiento de capacidad de la depuradora de Viveros de 0,55 m³/seg. a 1,1 m³/seg., y la construcción de la depuradora Sur, que contaría con una capacidad de 6 m³/seg. Estas obras conseguirían que todas las aguas residuales de Madrid tuvieran un tratamiento primario, lo que equivale a decir que se eliminaría el 55 por 100 de la materia en suspensión en el agua y el 35 por 100 de la materia orgánica putrescible mezclada con el agua. Esta primera etapa de previsiones vendría a suponer una inversión cercana a los 2.700 millones de pesetas. Estaría lista en el año 1979.
La segunda etapa haría que las estaciones depuradoras de La China, Sur, Butarque y Rejas entraran en tratamiento biológico o secundario, es decir, que se eliminaría, en todas estas estaciones, el 92 por 100 de la materia en suspensión y el 90 por 100 de la materia orgánica putrescible. Esta etapa importaría alrededor de los 3.360 millones de pesetas y su entrada en servicio podría estar calculada para el año 1984.
La tercera y última etapa de este programa de previsiones, pensada para los años 1988-90, y sobre la que no existe cálculo de coste, consistiría en una nueva ampliación de la depuradora de La China hasta 7,5 m³/seg., ampliación de la Sur hasta los 9 m³/seg., doblamiento de la capacidad de Butarque convirtiéndola en 6,25 m³/seg., doblamiento de Rejas hasta los 2,25 m³/seg. y la construcción de la depuradora de Valdebebas, con una capacidad de 1,20 m³/seg. Estos datos significan que Madrid, en 1990, puede tener una capacidad de depuración de aguas residuales de 27,57 m³/seg., equivalentes a la población ya señalada de 6.285.000 habitantes.
La financiación de estas construcciones corre, al 50 por 100, a cargo del Ayuntamiento de Madrid, con la colaboración, en el otro 50 por 100 del Ministerio de Obras Públicas. Sin embargo, la limpieza del alcantarillado corre por entero a cargo del Ayuntamiento. Con respecto a esto, el cálculo del coste de este servicio, sólo en el año 1976, se eleva a los 300 millones de pesetas. Si a ello le añadimos los gastos derivados de la conservación, el importe total del servicio puede oscilar alrededor de los 500 millones de pesetas.
Empresa Municipal
El Ayuntamiento de Madrid no puede hacer frente al volumen de gastos que supone el sumar los de limpieza y conservación y los de nuevas construcciones, so pena de que la práctica totalidad del resto de las actuaciones municipales no lleguen nunca a cumplirse. Y no hay que olvidar que un Ayuntamiento es un cúmulo de servicios al pueblo que pretende representar, por lo que no se ha de convertir en uno solo de ellos, en este caso el del saneamiento.
Sin embargo, el empeño de dotar a Madrid de unos servicios de saneamiento suficientes para una ciudad de su envergadura podría ser abordado por una empresa municipal, constituida bajo las normas de una sociedad mercantil cualquiera que brindara al ciudadano unos servicios que resultan imprescindibles para su vida y desarrollo.
Las funciones de este nuevo ente municipal encargado de los servicios de saneamiento de la ciudad podría resumirse en nueve puntos concretos:
1.-Conocimiento exacto de la situación actual, en cuanto al estado de los distintos colectores y su capacidad portante.
2.-Establecimiento de un plan general que contemple la actuación que realmente es necesario llevar a cabo en cuanto a la red de colectores y depuración de las aguas residuales.
3.-Realización de los proyectos y obras acordes con las necesidades y con el plan general.
4.-Control de la acción privada, evitando construcciones insuficientes, de mala construcción o en desacuerdo con el plan general.
5.-Control de los vertidos industriales que puedan afectar a las obras de los colectores o al mantenimiento y explotación de los mismos o a las estaciones depuradoras.
6.-Unificar toda la acción a realizar sobre los colectores, en cuanto a su limpieza, mantenimiento y conservación.
7.-Agilizar la acción del desarrollo del plan, buscando las financiaciones necesarias, y la acción rápida, en lo que respecta a la solución de los problemas de saneamiento.
8.-Lograr un mantenimiento y explotación de las instalaciones de depuración de agua, acorde con las necesidades y en coordinación con la red de colectores.
9.-Creación de un reglamento acorde con las necesidades actuales, que tenga en cuenta la calidad de los vertidos que se realizan, a efectos de su contribución a los gastos generales del saneamiento integral de Madrid.
Para que todo esto fuera posible y, con ello, Madrid pudiera contar, en el más breve plazo de tiempo, con una red de saneamiento que respondiera a las necesidades que en realidad tiene planteadas, una de dos: o el Ayuntamiento de Madrid se enriquece extraordinariamente o se llega a la constitución de un ente municipal que abarque todas estas funciones. De lo contrario, las posibles previsiones que ha realizado la Delegación de Saneamiento y Medio Ambiente del Ayuntamiento corren el gran riesgo de no llegar a ser nunca una auténtica realidad.
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