Intensa vigilancia policial en San Sebastián

El cuartel de la Guardia Civil en el barrio donostiarra de Inchaurrondo fue ametrallado ayer, poco después de las dos de la madrugada, desde un coche en marcha que se dio a la fuga por la autopista, sin que hasta el momento se haya obtenido ninguna información acerca de los autores del atentado. Los disparos fueron efectuados en el momento en que se llevaba a cabo el relevo de la guardia.

A consecuencia de este suceso, que no ha causado víctimas, se ha intensificado aún más la vigilancia policial en la comarca fronteriza y en las carreteras de Guipúzcoa. Ayer por la mañana, los controles de la Policía Armada se habían trasladado al mismo centro de la capital guipuzcoana, lo que induce a pensar que los autores del atentado llevado a cabo el lunes no sólo se encuentran todavía en territorio español, sino que podrían encontrarse en el área de San Sebastián.En la avenida de España, a muy pocos metros del lugar en que cayeron ametrallados el señor De Araluce y sus cuatro acompañantes, miembros de la Policía Armada requerían a mediodía de ayer la identificación de los viandantes, sobre todo de los más jóvenes.

Son ya centenares las personas que hasta el momento han pasado a declarar por las comisarías de Guipúzcoa y Vizcaya en relación con estos hechos, con detenciones de muy pocas horas en la gran mayoría de los casos. Se nos ha subrayado, por otra parte, el trato correcto de que han sido objeto en todo momento en las dependencias policiales.

La Diputación de Vizcaya celebró ayer, a las diez de la mañana, un pleno de carácter extraordinario, en el que se tomaron los acuerdos de hacer constar el dolor de la corporación por los cinco asesinatos llevados a cabo el lunes, conceder a título póstumo la medalla de Oro de Vizcaya a Juan María de Araluce y solicitar audiencias urgentes al Rey y al presidente del Gobierno.

Antes de que fuera aprobada por unanimidad esta moción, el presidente, señor Unceta-Barrenechea, calificó al señor De Araluce como «modelo de hombre de bien», y dijo a continuación: «Algo grave sucede en esta nuestra tierra de Vasconia. Nuestra convivencia política se desmorona, nuestra economía va camino del caos, la cobardía anida en nosotros porque nuestra comunidad, conforme a su tradicional dignidad y su forma de concebir la vida, no reacciona ante el crimen, las burdas sutilezas, las medias verdades y la mentira.» Terminó pidiendo serenidad y la unión de todos los vizcaínos «para sacar a nuestra tierra de esta enfermedad gravísima que le aqueja, porque si no somos capaces de ello, digámoslo sin caretas, nuestro destino será desolador».

Dos horas después del pleno y en el mismo salón se rezó una misa funeral por las cinco víctimas del atentado. Estaban presentes la viuda y siete hijos del señor De Araluce, acompañados, por las corporaciones provinciales de Guipúzcoa y Vizcaya, cuyas banderas ondeaban en lugar preferente.

El oficiante, el padre trinitario Eusebio Goiricelaya, señaló que todos se hallaban doloridos y consternados por estas muertes violentas, víctimas del terror, cuya acción ha sido condenada ampliamente por toda la sociedad. Recomendó, por último, que, nadie se deje llevar por la desesperación en momentos tan tristes.

Al terminar la ceremonia religiosa se profirieron vivas a la unidad de España, y en la Gran Vía, ante el edificio de la Diputación, se entonaron el Cara al Sol y El Oriamendi.

El Ayuntamiento de Santurce, pueblo natal del señor De Araluce, celebró ayer por la tarde un pleno extraordinario en el que se acordó nombrarle hijo predilecto.