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Japón

El tema de la corrupción, capitalizado por todos los grupos políticos

Desde hace más de un año los medios informativos japoneses siguen hablando del mismo asunto: el escándalo de los sobornos de la Lockheed. Y ahora, con motivo de la detención y posterior liberación del antiguo primer ministro, señor Tanaka, la oleada de noticias es feroz. Nos cuentan lo que Tanaka desayunaba en la cárcel; el tratamiento que se le aplicaba; miles de nimiedades que poco añaden a lo que desde hace años es vox populi en Japón: La corrupción política alcanza todos los niveles.Antes de tratar los detalles que envuelven a este tema creo que sería interesante resaltar un aspecto poco conocido del Japón. Si se conoce la lengua japonesa, y se siguen los medios informativos nacionales, se puede indudablemente comprender, con mucha más claridad, el panorama nipón. De los tres periódicos que en lengua inglesa se publican aquí, poco se puede deducir. Hace más de un año que se sabía a nivel popular que el señor i Tanaka era el responsable principal de este soborno.

Se acusa a Tanaka de haber recibido 500 millones de yens (unos 100 millones de pesetas) a través de la compañía Marubeni, como pago del soborno que la compañía norteamericana Lockheed había hecho para que, las líneas aéreas domésticas ANA se decidiesen. a comprarlos famosos Tri-Star. Parece ser que el señor Tanaka reconoce el hecho. Estamos ante una lucha por el poder entre diferentes grupos de presión.

Para ser político en este país hay que aceptar el juego de la corrupción, sino ¿cómo pagar las facturas de los enormes gastos que una campaña propagandística implica? Tanaka a pesar de ser un advenidizo en todos los campos gozaba de gran popularidad. Según una encuesta a raíz de su detención, gozaba de más popularidad que cualquiera de las demás figuras actuales, puesto que encarnaba las virtudes a las que todo el nuevo sustrato social japonés aspira. Dinero, buena vida, mujeres (son célebres sus amantes, tanto por su número como por su calidad) y carencia de lazos con los grandes grupos financieros (Mitsui, Sumitomo, Marubeni, etcétera). A Tanaka lo han sacrificado cuando ya estaba quemado por sus irregularidades pretéritas en los impuestos -no se debe olvidar que tan sólo hace unos meses él y, algunas compañías dependientes de su grupo fueron multados con unos 20 millones de pesetas por evasión- ¿Qué hay de verdad en este asunto? Los japoneses están más interesados en el problema moral que en el laberinto de responsabilidades que son de difícil delimitación entre los actuales políticos.

El caso de un político entre bastidores, la eminencia gris de este período histórico, el señor Kodama, ilustra este punto. Fue él quien recibió, repartió y se embolsó la inmensa mayoría de este dinero. Desde su extraña salida de una cárcel aliada después de la guerra (a pesar de estar acusado de crímenes de guerra cometidos en China y Manchuría, en donde organizó la policía secreta) y sobre la que se ha corrido un total silencio, hasta su pretendido estado de salud física que según su médico (y ningún otro lo ha reconocido) le impide declarar en torno a sus responsabilidades todas son incógnitas que al ciudadano medio le suenan a conocidas canciones

Nombres como Fukuda, Shiina y otros menos importantes, se ven mezclados día a día en una sorda, aunque a veces abierta lucha por desbancar al actual primer ministro, señor Miki. Todos los grupos políticos se acusan entre ellos afirmando que los sobornos de la compañía americana llegaron a las cajas fuertes de los demás partidos. Socialistas, comunistas, Komeito (partido perteneciente al grupo religioso Sokagakai) y demo-liberales utilizan el Parlamento como los verduleros el mercado para asetearse públicamente. Mientras tanto, la gente sigue diciendo que hay que transformar la estructura política. La extrema izquierda, el Red Army, y otros grupos extremos coinciden en quitarle importancia a la detención de Tanaka.

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