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Debate público en Soria sobre el centro nuclear

Científicos del Centro de Investigaciones Pesqueras de Barcelona afirmaron la semana pasada que el índice radiactivo de los Iodos marinos cercanos a la central nuclear de Vandellós había aumentado. Los directivos de la central tarraconense, tras negar el hecho, han afirmado en su respuesta: «Estamos totalmente de acuerdo en que el plan de política nuclear sea debatido democráticamente».Este debate público es precisamente lo que lleva años pidiendo la oposición a la política nuclear en España, y en especial diversos grupos sorianos. Ahora, éstos acaban de conseguir esa posibilidad de debate gracias sobre todo a la actitud del gobernador, señor Segrelles.

Estos grupos sorianos, que creen que el centro nuclear anunciado no va a significar la redención para Soria, se habían visto completamente silenciados. Era sistemáticamente denegado el permiso para cualquier acto público. De los dos periódicos de Soria, Hogar y Pueblo es propiedad de don Fidel Carazo, procurador por la provincia, alcalde de la capital y acérrimo defensor del proyecto nuclear. En sus páginas nunca ha permitido que alguien escribiera ni siquiera para matizar los «cuentos de la lechera» que algunos narran.

El otro periódico, Campo Soriano, órgano de la Cámara Oficial Sindical Agraria, ha mantenido un misterioso silencio en el debate, a pesar de ser quizá los agricultores de la zona del centro nuclear los más perjudicados por su instalación.

Primera mesa redonda

Así las cosas, hace quince días varias organizaciones intentaron una vez más celebrar una mesa redonda. En ausencia del gobernador, el Gobierno Civil no quería ni admitir la solicitud. Enterado finalmente el señor Segrelles, accedió al acto y para presidirlo volvió de su lugar de veraneo en Castellón.La mesa redonda tuvo lugar finalmente en el Aula Magna del Colegio Universitario, donde la mitad del público no pudo entrar por falta de espacio físico. En el acto intervino, en primer lugar, el catedrático de Oviedo, Justino Burgos, quien señaló los inconvenientes sanitarios y de contaminación que llevan consigo los centros nucleares y, sobre todo, su incompatibilidad con las industrias alimentarias o agrícolas. El catedrático de Barcelona, Juan Muñoz, señaló a continuación que el programa nuclear español era desproporcionado y, refiriéndose al centro de Soria, subrayó que serviría también de cementerio de residuos radiactivos.

El desarrollo económico de Soria, según el siguiente ponente, Isaac Aragón, economista, debe basarse en la agricultura, y ciertamente no será el centro nuclear -que sólo ofrece mano de obra durante su construcción- quien vaya a potenciar el despegue industrial de Soria. Cerró el turno de oradores Carlos Carrasco, abogado y representante de la asociación medioambiental Aeorma, quien se fijó especialmente en los problemas jurídicos, así como en la posible vertiente militar del proyecto.

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Segrelles: debate público

Durante el coloquio posterior, la atmósfera se fue haciendo tumultuosa: tomó la palabra el alcalde, señor Carazo, quien se quejó de que viniesen científicos no sorianos a oponerse al progreso de Soria. Siendo cada vez más difícil entenderse y tras alguna otra intervención apenas audible, cerró el acto el gobernador, que felicito a sus organizadores y les animó a preparar otro debate, a ser posible con intervención de miembros de la Junta de Energía Nuclear, ya que su deseo como gobernador era que el tema fuese debatido públicamente. Dicho acto se está ya preparando para mediados de septiembre. según nos han comunicado sus organizadores.

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