La OTAN, preocupa por el caso de espionaje sobre el avión "Tornado"
Según trascendió ayer, los medios políticos y militares de la OTAN se sienten «consternados» por la posible entrega a la Unión Soviética y a otros países del Este de los detalles del avión militar «Tornado», el más moderno y también el más secreto de entre todos los concebidos para la Alianza Atlántica.
Anteayer fue detenido en Alemania Federal el espía belga Valerian Kuzniak, acusado de vender planos del aparato a Checoslovaquia y a la URSS.Un portavoz de la OTAN dijo sin embargo, que el «problema concierne únicamente a los países constructores», Gran Bretaña, Alemania Federal e Italia, y que «la organización no puede pronunciarse sobre el asunto». Por ese motivo, la OTAN se abstendría de expresar reacciones oficiales.
No se sabe aún con seguridad cuánto recibió Kuzniak por la venta de la información y los planos de «Tornado». Se habla de una cifra que oscila entre los siete y los 15 millones de dólares.
Del proyecto inicial del «Tornado» se retiraron en 1969, por su alto costo, Bélgica y Holanda. La construcción del primer prototipo se inició en abril pasado, y a fines de año deberían haberse entregado los primeros aviones a las fuerzas armadas británicas, alemanas e italianas.
Según los expertos, el robo de los planos y de la información fue posible por el gran número de empresas subcontratistas que intervenían en su realización y por el avanzado tratamiento con ordenadores que se empleaba para coordinar el trabajo, a cargo de más de 60 especialistas.
La confianza de las naciones constructoras era tal, que siete de sus actuales modelos de aviones de combate iban a ser sustituidos por el «Tornado» en los próximos años.
Entre tanto, el Gobierno italiano fue interpelado hoy en el Parlamento sobre el asunto por el diputado socialdemocrático Giuseppe Amadei. El parlamentario quiere saber hasta qué punto el Gobierno estaba enterado del caso, y si los servicios secretos habían adoptado las medidas correspondientes.
Un avión demasiado «sensible»
El «Tornado», avión polivalente (multi role combat aircraft) ha sido durante años objeto de acaloradas discusiones. En opinión de los expertos, el cazabombadero, destinado a reemplazar al «Starfighter», como base de la aviación de la OTAN, era demasiado «sensible» y además excesivamente caro. De hecho, las sumas invertidas en su «desarrollo» ascendieron a más de 8.000 millones de marcos (unos 116.000 millones de pesetas). Algo menos de la mitad de esta cantidad fue puesta a disposición de los ingenieros y técnicos por Alemania Occidental. Cuando hace muy poco se decidió, por fin, la construcción en serie del nuevo avión polivalente, su coste por unidad había llegado ya a la suma respetable de 48 millones de marcos, o sea, unos 1.286 millones de pesetas.En vista de que únicamente Gran Bretaña, Italia y la propia República Federal han optado por la adopción de este sistema de cazabombardero, su coste es superior a lo calculado en un principio. No obstante, parece que supera, hoy por hoy, a todos los aviones de este tipo en el mundo, ya que además de su gran velocidad a cualquier altura (alcanza hasta los 2.500 kilómetros /hora), y de la posibilidad de volar a pocos metros del suelo, está en condiciones de evitar los sistemas de intercepción de radar del enemigo. A estas características básicas hay que añadir la instalación a bordo de los dispositivos que permiten, adicionalmente, el transporte y disparo de armas nucleares. Es comprensible que para los Estados del Pacto de Varsovia, el conocimiento de los planos de construcción, y los detalles del nuevo avión polivalente tenía que tener interés especial. Gracias a la indiscrección intencionada del diario conservador de Hamburgo Die Welt se ha hecho público el último gran caso de espionaje en la República Federal, impedido por el servicio de contraespionaje de Alemania Occidental.
El 29 de julio fue detenido en Munich Valerian Kuzniak, de nacionalidad belga, en el instante en que pretendía entregar a una tercera persona una maleta con los planos del avión. Según se ha comunicado, Kuzniak había pedido por los documentos la suma de 20 millones de marcos. En el curso de las pesquisas se detuvo además al ingeniero Manfred Knuefelmann, acusado lo mismo que Kuzniak, de servicios a favor de una potencia extranjera. Según datos facilitados por el ministerio fiscal federal, Knuefelmann había ofrecido además los documentos a una empresa comercial de Europa oriental al precio de 7.500.000 marcos. Ahora bien, el negocio no había llegado a consumarse tampoco en este caso. El descubrimiento a tiempo de este nuevo affaire de espionaje revela la creciente eficiencia del servicio de contraespionaje alemán.
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